Por otro lado, sin embargo, la tardía sedentarización de las cortes del resto de Europa, y en particular la de los reyes de la península ibérica (sobre la cual volveremos más adelante), se traduce en un menor número de trabajos en lo que respecta al impacto de las mencionadas relaciones corte-ciudad. De esta manera, en su introducción al volumen La cour et la ville dans lEurope du Moyen Âge et des Temps Modernes de 2015, Léonard Courbon subrayaba el provecho y mutua dependencia de las cortes y de las ciudades bajomedievales, tanto al nivel político, económico o material como cultural, pero reconocía el carácter «desmigajado» de los estudios sobre el tema21.
Así, por ejemplo, en lo que respecta a la relación de los entornos cortesanos con los gobernantes de los municipios y la nobleza residente en los núcleos urbanos, hay que destacar, por ejemplo, la importante aportación de Élodie Lecuppre-Desjardin en 2004 sobre las ceremonias organizadas tanto por los duques de Borgoña como por las ciudades de la zona norte de su principado. En particular, esta autora estudia el juego de comunicación y de dominación política desarrollado entre ellos y las consecuencias materiales de las ceremonias, entradas y estancias urbanas, de la corte borgoñona22. Por otro lado, también son relevantes los numerosos estudios acerca del origen ciudadano de buena parte de los servidores de los príncipes; muchos de estos personajes, pertenecientes al patriciado urbano, ofrecieron al medio cortesano prestigio y riqueza procedentes del entorno «extracurial»23. Sin embargo, siguiendo en esta línea de las relaciones corte-ciudad, a nivel monográfico hay pocas ciudades cuyas relaciones con las cortes hayan dado lugar a estudios; por esta razón, los numerosos estudios consagrados al caso parisino ofrecen ejemplo muy valioso24. Habría que destacar en este sentido la publicación de la obra Paris, ville de cour (XIIIe-XVIIIe siècle)25. Además, desde la perspectiva de la tradición científica de la historia cortesana y política, en 2014 Roxane Chilà examinó diversos aspectos de la relación corte-ciudad en su análisis sobre la corte de Alfonso el Magnánimo en Nápoles26. Y desde el punto de vista de la historia material, Juan Vicente García Marsilla ha indagado de manera más específica en el tema de las relaciones económicas entre la ciudad y la corte, principalmente en su estudio «El impacto de la corte en la ciudad: Alfonso el Magnánimo en Valencia (1425-1428)» de 2013, en el que subraya en particular la voluntad, por parte de la urbe, de «captar la ingente y variada demanda de todo tipo de bienes y servicios que generaba una corte real, encauzando de esa manera hacia Valencia una parte de los recursos que la monarquía drenaba del propio reino y de los otros estados de la Corona a través de la fiscalidad». De esta manera, además, «esa demanda interesaba también a la ciudad desde el punto de vista cualitativo, ya que al incluir, por la misma naturaleza de la institución hospedada, bienes de alta calidad y precio, podría servir como inductora del desarrollo de sectores artesanales dedicados a la producción de artículos de lujo, y generar corrientes comerciales con unas halagüefías expectativas de beneficio»27.
Nutrido por estas diferentes aportaciones, el presente volumen pretende centrarse en las relaciones económicas materiales, comerciales, financieras entre las ciudades y los ciudadanos, por una parte, y las cortes como sociedad, como el grupo de cortesanos y servidores que viven en el entorno directo del rey o del señor por otra, concentrando el análisis sobre todo en la contribución ciudadana al alojamiento, abastecimiento y financiación de las cortes hispánicas de finales de la Edad Media.
3. ACOGER, ABASTECER Y FINANCIAR EL ENTOURAGE DEL PRÍNCIPE: INFLUENCIA RECÍPROCA ENTRE CIUDAD Y CORTE
La agenda política, militar e incluso festiva, así como la voluntad propia de los príncipes y las necesidades de su itinerario hacían que lejos de instalarse solo en las grandes ciudades, las cortes peninsulares se aposentaran también frecuentemente en pequeños municipios28. Para los vecinos de cada población, y en particular para las pequeñas localidades, acoger a un séquito de decenas e incluso centenares de personas y bestias29 y con unas exigencias materiales muy específicas, suponía un enorme esfuerzo30. Por ello, tanto los gobiernos locales como los propios vecinos necesitaban organizarse para poder alojar, alimentar y proveer del bienestar material propio de la vida del medio curial, a toda aquella gente.
Por lo tanto, dejando al lado temas meramente políticos y culturales31, las páginas siguientes pretenden examinar cómo en los reinos hispánicos bajomedievales, los ciudadanos conseguían (o no) satisfacer las exigencias específicas y costosas de los séquitos cortesanos32. Se tratará también de detallar los mecanismos y estrategias locales o de amplio alcance que integran el mundo urbano en la red de los proveedores y financieros de la corte, recordando que Maurice Aymard y Marzio Romani en su introducción al volumen La cour comme institution économique consideraban necesario fijarse en:
lorganisation, autour de la cour, dun flux assurant loffre dune large variété de produits et de services, qui vont des denrées alimentaires aux produits courants ou de luxe, et aux services rendus par des individus qui ne peuvent participer quà des travaux ou à des tâches symboliques. Les variables seront lautosuffisance ou non de la cour, son entretien (ou non) aux frais du prince, son insertion éventuelle dans les circuits déchange, la présence ou labsence dartisans spécialisés dans la production de certains biens, de marchands, de manufactures, la division du travail dans la ville etc.
Estos autores veían oportuno, así mismo, prestar una especial atención a:
lorganisation des flux financiers. Au crédit: les revenus fonciers (y compris les droits féodaux et seigneuriaux), les revenus dÉglise, les impôts directs et indirects, les frappes monétaires. Au débit: la consommation, les investissements et les profits (pour qui?). Entre les deux, la redistribution gracieuse (la faveur du prince, imité ou non par ses courtisans) ou léchange de services fournis33.
Así, en el presente trabajo se propone por tanto el análisis de las consecuencias de las relaciones corte-ciudad en la fisionomía y la economía urbana, a nivel de su logística, para medir el impacto de las necesidades curiales en el mercado local del alojamiento, de las vituallas, de los bienes, del dinero, así como en los circuitos comerciales y económicos interregionales e internacionales. Del mismo modo, también se pretende profundizar en el tema de las dinámicas y dificultades de las ciudades y de los ciudadanos para adaptarse a los flujos materiales, económicos y humanos generados por las cortes, así como el de la adaptación de éstas a los lugares y contextos de su aposento.
3.1. Instalación de la corte en el espacio urbano
Como se viene diciendo, a finales del período medieval en los reinos cristianos del ámbito ibérico, el espacio urbano fue el marco prioritario para la instalación del príncipe y de su séquito, que podía adoptar diferentes modalidades, atendiendo a diversos factores. Influía en primer lugar la duración de la estancia, desde una breve pernoctación hasta varios meses, el tipo de infraestructura que se ofreciera (palacios, castillos, conventos, casas particulares), así como las condiciones y las posibilidades que tuviera o no esa localidad para que se pudiera mantener el tono y el aparato que exigía el ceremonial y la vida cortesana.