Ana María Martínez Sagi - La voz sola стр 25.

Шрифт
Фон

un cuchillo de fuego.

Incrustado

a mi cuerpo

tentáculo feroz

y agresivo: el deseo.

Gritos broncos derriban

murallas de silencio.

Sofocante me absorbe

la boca que no tengo.

Mordaza de mi mutismo.

Pantera de mi desierto.

Hoguera de mi penumbra.

Abismo de mi tormento.

En un rojo

revuelo

de combates

sin freno

abierta desmembrada

me consumo y me pierdo.

En la noche demente

resucitada muero:

con la boca quemada

con los flancos ardiendo.

Lívida madrugada

cortará el aire denso.

Y el rostro que persigo

morirá en el espejo.

DEJADLA

Dejadla que invente

sus fronteras invisibles

sus universos ardientes.

Dejadla que invente

los ojos que no la ven

los brazos que no la mecen.

Nadie le diga que sueña.

Nadie la llame demente.

Dejadla que invente

el rostro de su pasión

el cuerpo que la estremece

el fuego que la consume

y la ruta que la pierde.

Ninguno le hable jamás

del silencio que la cierne

de sus mundos despoblados

de su soledad creciente.

Dejadla que invente

los ecos que la persiguen

los mares que la sumergen.

Y aquel beso nunca dado

que la mata lentamente.

CUANDO

Cuando mis brazos delfines rígidos

cuando mis ojos pozos sin agua

cuando mi boca cuenca de sombra

cuando mi cuerpo raíz cortada

sean un ínfimo trazo de polvo

limo disuelto ceniza amarga

viviré en cada latido tuyo

Sombra de Sombras resucitada.

Seré la sed voraz de tu boca

la huella terca de tus pisadas

el grito agudo de tus renuncias

la cruz perenne de tus espaldas.

Mías la sangre de tus heridas

la sorda queja de tu garganta

la noche densa de tu congoja

la llama última de tu esperanza.

Todos los besos que no te diera

quemarán vivos tu boca helada.

Me buscarás sin hallarme nunca.

Nudo de sangre. Fuente cegada.

Y he de morirme de doble muerte

cuando la tierra cubra tu cara.

CONTUMAZ ESPERANZA

Volveremos un día a la isla de ensueño

tu corazón y el mío cansados de luchar.

Volveremos un día a reanudar el Sueño

que ni olvido ni muerte consiguieron truncar.

Granos de sol crujiente trillarán en la era.

Sobre el mar luminoso habrá un blanco bajel.

Cantarán las cigarras y la verde palmera

abrirá su abanico por rozarte la piel.

Veremos el olivo de tronco torturado

el pino ebrio de luz de trinos y de viento

el naranjo de púrpura y el ciprés extasiado

las norias apacibles y el puerto soñoliento.

Un sol incandescente alumbrará el paisaje.

Fulgirán en los bosques las resinas doradas.

Habrá un olor furioso enervante salvaje

de sedientos rastrojos y dunas abrasadas.

Iremos a la playa donde en la arena un día

trazaste el breve nombre que el oleaje borró.

El nombre desvelado perdura todavía:

la voz azul y trémula del mar lo recogió.

Como entonces mi boca te dirá torpemente

mi oración fervorosa mi cántico pagano

y otra vez los latidos del corazón demente

golpearán prisioneros bajo tu dulce mano.

Cuando llegue la noche bella entre las más bellas

plata sobre las olas en cada rama un canto

al rubio resplandor de las altas estrellas

yo besaré los ojos que he recordado tanto.

Volveremos un día a la isla de ensueño.

Bosques playas y cielo nos mirarán pasar.

Dos sombras temblorosas proseguirán el Sueño.

Corales encendidos arderán en el mar

De JALONES ENTRE LA NIEBLA (1940-1967)90

IMPLORACIÓN

Que la muerte

me deje

cerca del agua clara

cerca del tallo verde.

Que hasta mis huesos

llegue

la luz

de los ponientes

el murmullo del río

los blancos alfileres

de la lluvia. Que el viento

de las selvas agrestes

me colme de perfumes

de polen y simientes.

Que el golpe firme y duro

del azadón resuene

en mis entrañas yermas

en mis senos de nieve.

Que el filo del arado

en los surcos ardientes

abra regueros de oro

en mi cuerpo yacente.

Que la Muerte

me deje:

¡traspasada de soles

y rumores calientes!

TEMOR

En país crucificado

dejé mi corazón muerto.

Un desolado paisaje

de nostalgias y de espectros

me lo ha poblado de sombra

de soledad y de duelo.

Tumba de sueños vividos

de indestructibles recuerdos.

Hondo abismo

lago acerbo

de agua densa envenenada

sin luz bajo el hosco cielo.

¡Que no despierte tu voz

la demencia de los ecos!

¡Que no derriben tus manos

las murallas del silencio

las fronteras invisibles

y los castillos desiertos!

Guarda la piedra en tus manos.

No quieras remover légamo

imágenes sepultadas

y reflejos de reflejos.

Déjalo así:

solo y quieto.

Pozo de alucinación.

Luna de paisaje ciego.

RUE DU CHAT QUI PÊCHE91

Una sierra mellada

cortó el bloque de casas decrépitas.

Desconchadas cornisas

herrumbrosas goteras

dejaron penetrar un resquicio de luz

sobre el ataúd de la calle siniestra.

Las paredes panzudas

sudan un agua negra.

Y en un sórdido hotel

cubil de la miseria

los exiliados buscan un imposible cielo

tras las ventanas ciegas.

LA GUERRA

El viento del odio

se anuda a las torres.

Una luna inerte

se columpia insomne

sobre las madrigueras

malditas de los hombres.

Los cerros vomitan

pesados cañones

tinieblas de espanto

pérfidos rumores

alambradas negras

sangre y explosiones.

Una selva hostil de triturados cuerpos

cierra el horizonte.

Ya se están enfriando los ojos de los niños.

Ya la muerte amordaza la risa de los jóvenes.

Bajo un horrendo palio de cabezas cortadas

los pueblos esconden

sus flancos llagados

sus mieses segadas

su terror de pobres.

De los vientres preñados escapan

Ángeles sin alas

gritos alocados

y fetos deformes.

Los buitres devoran

Ваша оценка очень важна

0
Шрифт
Фон

Помогите Вашим друзьям узнать о библиотеке

Похожие книги

Грань
11.5К 154