Amy Blankenship - Una Luz En El Corazón De Las Tinieblas стр 15.

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Suki sonrió, encogiéndose de hombros. – Así que esta es la tercera vez –. Le sonrió contenta a Tasuki mientras traía las bebidas agarrando uno para ella ansiosamente.

Kyoko mordió sus labios, luego balbuceó algo sobre “tres strikes y estás fuera”, pero se volteó y sonrió a Tasuki de todas formas. Había algo como presión de grupo después de todo, y siendo lo inocente que era, se rindió.

– Tres tés Long Island como se solicitó –. Tasuki se sentó entre las chicas y dio un sorbo a su bebida. Sintió el calor alzarse de repente dentro de la habitación porque la bebida estaba muy fuerte. Mirando de reojo detrás de Kyoko vio a su primo detrás de la barra. La sonrisa traviesa en el rostro de su primo le hizo saber que las bebidas estaban más fuertes de lo normal.

Tasuki sacudió la cabeza y miró de vuelta a las chicas. – Por los finales, para que los pasemos todos brillantemente –, brindó Tasuki. Luego mirando a Kyoko a los ojos agregó: – Y porque no perdamos contacto con el otro de nuevo, sin importar qué.

Kyoko se sonrojó y sonrió tímidamente mientras tomaba su bebida de su mano extendida. Tomando un sorbo apresurada, sus ojos se abrieron cuando decidió que en realidad le gustaba el sabor. – Si no puedes vencerlos, úneteles –, guiñó el ojo a Suki con cordialidad.

Metió de golpe una pajilla en la bebida y a los diez minutos siguientes de risas y payasadas, el té helado Long Island desapareció. A Kyoko se le ruborizaban las mejillas en tanto que los efectos del alcohol lentamente fluían por su cuerpo.

Y Tasuki, habiendo tomado el suyo a la misma velocidad que Kyoko, ahora se sentía más cómodo y con un poco más de valor al preguntar a las chicas si querían bailar. Sus ojos se oscurecieron atractivamente mientras tomaba la mano de Kyoko y la guiaba a la pista de baile con Suki sosteniendo la otra mano de Kyoko.

Él solo supo que esta noche sería la mejor de sus noches en la universidad y nunca olvidaría un solo momento de ella.

A tan solo unos metros de distancia, Kyou observó al joven llamado Tasuki estirar el brazo y tomar la mano de la chica de ojos verdes y sintió la necesidad de romper los dedos ofensivos del joven atreviéndose a tocarla. Los sentimientos inocentes por la chica se podían leer claramente en sus ojos y pensamientos, pero aún no confiaba en él.

Kyou lo había visto suceder muchas veces observando la vida nocturna. Un joven les da bebidas a las chicas y luego toma ventaja de su inocencia. Sus ojos se tiñeron de carmesí mirando al chico guiar a las chicas a la pista de baile. Kyou sintió la necesidad de tomar a la chica de cabello caoba y esconderla de cualquiera que quisiera herirla o poseerla.

Se preguntó ligeramente por su propia posesividad hacia la chica. Si ella era la que retenía el Corazón de Cristal del Guardián, entonces, ¿qué debería él hacer? Una cosa que Kyou sabía era que, antes de dejar que Hyakuhei la tuviera, la mataría con sus propias manos.

Si la leyenda era cierta y Hyakuhei ponía sus manos en el poder del Corazón de Cristal del Guardián, no habría forma de detenerlo.

*****

Kamui se sentó invisible, encima de uno de los altavoces enormes en frente del DJ viendo la pista de baile donde Kyoko y Suki estaban bailando con un joven. Levantó una ceja cuando se dio cuenta de quién era este chico. Una sonrisa muy secreta ladeó sus labios viendo la tonalidad amatista que se adhería al chico.

Su atención volvió al otro hombre que estaba acosando a la Sacerdotisa. Ya había tratado de detener la atracción una vez cuando Kyoko aún estaba en la fila, pero el viejo guardián era terco como siempre. Las vibras que Kyou daba eran pesadas y algo contaminadas.

– Kyou, ¿en qué estás pensando? – se preguntó Kamui en voz alta sabiendo que nadie podía escucharlo o verlo. Observando a Kyou observar a Kyoko, reconoció el destino cuando lo vio. El destino siempre había atraído a los Guardianes hacia la Sacerdotisa… sin importar el mundo o la vida.

Secretamente deseó poder organizar un lugar donde Toya y Kyou se vieran pero aprendió a no tratar de usar sus poderes en Kyou. Sintió escalofríos subir por su brazo al pensar en molestar al peligroso Guardián dorado.

Su mirada escaneó la multitud de nuevo sabiendo que Kyou no era por quien debería estar preocupado. Había otros dentro del club que no eran humanos, pero podía sentir la verdadera obscuridad acercarse por momentos. Se preguntaba si Kyou podía sentirlo también.

Kamui asintió para sí. Lo mejor que podía hacer por ahora era ayudar a esconder los poderes de Kyoko de ojos entrometidos. Con ese pensamiento, saltó de los altavoces pero sus pies nunca golpearon el suelo del club de baile.

Capítulo 4

Mientras el trío entraba en la abarrotada pista de baile, Suki y Kyoko inmediatamente comenzaron a mover sus cuerpos al ritmo de la música dejando a Tasuki mirar con fascinación. Los cuerpos calurosos a su alrededor hicieron que su piel se ruborizara mientras el alcohol fluía por sus venas.

El cuerpo de Suki se movió más cerca del de Kyoko poniendo sus brazos alrededor del cuello de la otra y comenzaron a bailar. Riéndose de las payasadas de la otra, bailaron como amantes perdiéndose en el ritmo de la música. Se habían enseñado a bailar así en la escuela elemental hacía mucho tiempo.

Atrapadas en el momento de pura diversión sin adulterar, las chicas se habían olvidado momentáneamente de su tercer acompañante.

Tasuki miró a ambas amigas bailando apasionadamente juntas y sintió calor en sus mejillas. “¡Guao!” Su cuerpo reaccionaba a la escena que se interpretaba en frente de él. Se sentía como si su respiración fuera golpeada fuera de sus pulmones. Mirando el cuerpo de Kyoko frotándose contra el de Suki mientras sus manos vagaban por el cuerpo de la otra casi era más de lo que podía soportar.

Tasuki decidió que quería sumarse a la diversión, y obligó a sus pies moverse antes de que perdiera el valor.

Deteniéndose justo en frente de Kyoko, pudo ver que sus ojos estaban cerrados mientras se movía contra Suki. Su mirada enzarzada con la de Suki en tanto ella sonreía y bajaba detrás de Kyoko lentamente volviendo a subir, acariciando con sus dedos las caderas de su amiga. Esperaba que Tasuki tuviera suficiente valor para bailar con Kyoko así.

– ¿Por qué no te nos unes? ¡Esto es demasiado divertido! – se rio agarrando a Tasuki por la hebilla del cinturón, tirando de él sonrojándose contra Kyoko.

Los ojos de Kyoko se abrieron como platos de la sorpresa sintiendo un cuerpo duro, definitivamente masculino golpearla de una manera muy íntima. Un rubor encendió sus mejillas cuando se dio cuenta de que Tasuki la sostenía cerca. – ¡Ey! – sonrió tímidamente, y decidió que le gustaba la forma en que se sentía su cuerpo contra el de ella. Sabía que podía confiar en que él no pasaría los límites. Él siempre era un caballero.

Sintiéndose osada, Kyoko continuó bailando con Suki moviéndose detrás de ella poniendo una mano en el hombro de Tasuki… alentándolo silenciosamente.

Tasuki no necesitaba nada más que ese simple movimiento para agarrar las caderas de Kyoko y comenzar a moverse con su cuerpo. Sentía que estaba en el cielo con la chica de sus sueños bailando seductoramente contra él. Sintiendo cada curva de su cuerpo frotarse contra él era una dulce tortura que nunca había experimentado.

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