âSi siguen asÃ, quizás lo hagaâ, dijo Kyoko con una sonrisa burlona dirigida a Toya. âLuego iré a esconderme a la habitación de Kyouâ.
â¿Por qué te esconderÃas allÃ?â, preguntó Toya, sintiéndose celoso al instante.
Kyoko suspiró y sopló apartando un mechón de su cabello de los ojos. Toya era inteligente pero, a veces, si no fuera por su aspecto, jurarÃa que tenÃa la edad mental de un niño de cinco años.
âPorque Kyou tiene barreras a prueba de nerds en su puertaâ, aportó Kamui sin apartar la vista de su nuevo portátil, que mantenÃa lejos de Toya.
Toya gruñó y se dio vuelta para enfrentar al más joven del grupo. âSigue asÃ, Kamui, y hare que tu sistema informático colapseâ.
â¿Y esto lo dice el hombre que siquiera sabe dónde está la tecla Enter en el teclado?â, preguntó Kamui arqueando una ceja. âMe sorprenderÃa si supieras dónde está el botón de encendido de un monitorâ.
Toya se inclinó hacia él. âNo estaba hablando del disco rÃgidoâ. Sus labios apenas esbozaron una sonrisa malvada cuando Kamui sujetó el portátil con más fuerza y se estremeció.
â¡Suficiente!â, dijo Kyou, con una voz que hacÃa eco de su autoridad. âSiéntense todos. Kyoko, tú puedes quedarte en el sofá si lo deseas y, no, Toya⦠no va a compartirlo contigoâ. Dirigió una mirada irritada a su hermano.
Toya comenzó a murmurar algo acerca de ciertos hombres con palos y microchips en sus traseros, antes de dejarse caer sobre la silla de Kyou. Ãste lo miró fijamente con la expresión impávida por la cual era famoso. Cuando el hombre de cabello plateado sintió un pequeño tirón sobre su mano, miró a Kyoko, que movió sus pies de modo tal que Kyou pudiera sentarse sobre el otro extremo del sofá.
Kotaro y Yohji rieron disimuladamente al ver que Kyou aceptó la invitación y se sentó, con los pies de Kyoko sobre su regazo.
âComo todos bien saben, esta noche es Halloweenâ, comenzó Kyou.
â¡No me digas!â, masculló Toya, intentando no mirar con furia a los pies de Kyoko en contacto con su hermano.
âLo cual significaâ, continuó Kyou dirigiendo una mirada asesina a Toya, âque hoy habrá mayor actividad. Los rituales paganos saldrán mal como de costumbre, y la actividad paranormal también se intensificará. Todos nosotros estaremos en estado de alerta durante las próximas veinticuatro horas. Considerando que las fiestas de Halloween se extenderán hasta más tarde en la noche, y siendo sábadoâ¦creo que todos entienden la ideaâ.
âSÃ, sÃ, lo entendimosâ, exclamó Toya. âUy, tengan cuidado porque habrá mujeres desnudas corriendo por las calles, perseguidas por pandillas de violadoras lesbianas, ¡uh!â
â¿Adónde?â, preguntó Shinbe a todo volumen, que no habÃa prestado demasiada atención desde que Suki entró.
Kyou masajeó el espacio por encima de sus cejas, donde sentÃa que se acumulaba una ligera presión. Ãl y sus hermanos escondÃan bien sus poderes del mundo, pero a veces se preguntaba si no habÃan retrocedido demasiado. HabÃan sido enviados aquà para mantener a Kyoko a salvo sin que ella lo supiera, y para liberar al mundo de tantos demonios como pudieran. HabÃa establecido la agencia en cuanto notó la elección de carrera que ella habÃa hecho.
Kotaro levantó la voz. âEl departamento de policÃa designó a mi brigada a la plaza de la ciudad esta noche debido a la sobrecarga de las fuerzas policiales. Otros policÃas estarán allà a intervalos porque el año pasado las fiestas barriales no terminaron sino hasta el amanecer, y varias personas desaparecieron esa nocheâ.
Kamui asintió, volteando su portátil para que todos vieran: âChicos, tenemos una bruja en la ciudadâ.
âA ver si te enteras, niño⦠esta noche tendremos un montón de brujas en la ciudadâ, Yohji sonrió burlonamente. âAlgunas más sensuales que otrasâ.
âEsas brujas no están absorbiendo la vida de niños pequeñosâ. Kamui señaló una lista de nombres de la guardia infantil del hospital. âTodos estos niños están en coma, y todo ocurrió durante la última semana. Los médicos están desconcertados, porque en todos los casos los niños se encontraban afuera después del anochecer, y todas las pruebas que les hicieron no revelaron ninguna lesión. Simplemente no se despiertanâ.
Kyoko frunció el ceño intentando concentrarse en la reunión. Era difÃcil, porque no podÃa sacudirse esa extraña sensación que habÃa permanecido en ella desde que vio a aquél hombre al otro lado de la calle, y luego sintió lo que podrÃa jurar que eran sus brazos rodeándola.
Apartando el recuerdo por un momento, su rostro se entristeció pensando en todos esos niños del hospital. Una vez habÃa leÃdo que si una bruja toma una parte de tu alma, caes en un profundo sueño. Luego tienes pesadillas por siempre, a medida que la bruja se alimenta de tu miedo. ¿Acaso todos esos niños estaban atrapados en aquellos sueños, gritando para que alguien los salvara?
âNo creo que echarle un cubo de agua en la cabeza funcione, pero yo quiero ir a la caza de algo tan cruel. ¿Cómo reconoceremos a la bruja si la vemos? ¿Alguien ha visto una alguna vez? ¿Acaso no son solo seres humanos que accedieron a una potente magia?â. Comenzó a disparar preguntas mientras intentaba incorporarse, pero Kyou le puso la mano sobre los tobillos para impedÃrselo.
Kyou no miró a Kyoko, esperando que ella pensara que no era intencional, mientras rodeaba sus tobillos con sus dedos como si fuera un brazalete. En ese momento sostenÃa una barrera protectora sobre ella, que se mantenÃa en su lugar solo mediante su toque⦠además, todavÃa no estaba listo para perder contacto con ella.
Ãl habÃa sentido la poderosa aura que la rodeó justo antes de que se desmayara. Y si bien la habÃa apartado de ella⦠todavÃa sentÃa el rastro de su presencia. Eso solo era suficiente para enojarlo. HabÃa colocado barreras contra demonios en todo el edificio, y en cada esquina de cada piso, ocultas dentro del panel de yeso para que no las notaran.
Sus ojos dorados se elevaron hacia la gran ventana panorámica que se hallaba en medio de la pared exterior. Se suponÃa que durante ese dÃa y esa noche el clima estarÃa despejado y frescoâ¦entonces, ¿de dónde habÃa salido esa tormenta? Mientras miraba la lluvia de cerca, advirtió una silueta que no era traspasada por la lluvia.
Sin querer que la aparición supiese cómo la habÃa ubicado, Kyou puso su atención en la entusiasmada descripción que Shinbe hacÃa de las brujas.
âLas brujas reales nunca fueron humanas. Sus almas son demonÃacas y eternas. Se mantienen vivas tomando la fuerza vital de los niños, alimentándose de sus pesadillas. Ese es su alimento. En cuanto a su aspecto, como tantos niños han sido sus vÃctimas, a esta altura deben haber adoptado una forma inusualâ¦jóvenes, hermosas, e incluso de apariencia angelicalâ.
Shinbe aclaró su garganta y borró la imagen erótica que rondaba su cabeza. âNo muestran su verdadera forma hasta el momento en que toman la fuerza vital de otra persona, o en plena batalla. Cuando se alimentan, su aspecto es verdaderamente espantosoâ.