Федерико Моччиа - Tres Metros Sobre El Cielo стр 26.

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Bueno, chao muchachas. Un saludo rápido. Sus mejillas se enrojecen. Y no es solo por el cansancio. Pallina la acompaña a la Vespa.

Sabes como funciona? Babi sonríe, le quita el candado de seguro y la enciende.

Que harán esta noche?

Hey, que pasa? Te dignas de salir con nosotros?

Que polémica eres. Solo pregunte que harían!

No lo se. Si quieres te llamo o te hago llamar.

Pallina la mira alusiva. Detrás de esa sonrisa, rápidamente aparece el: Step. Sus ojos seguros, su piel clara pero bronceada, sus cabellos cortos, sus manos marcadas de sonrisas rotas, de narices golpeadas. Pareces mi pececito. La boca abierta los ojos cerrados Ah, pero entonces eres incoherente incoherente incoherente. Como un eco. Babi tiene un momento de orgullo.

No gracias, déjalo así. Nos vemos mañana en la escuela. Era solo curiosidad.

Como quieras La Vespa se la lleva veloz antes de que aquella débil onda de orgullo venga acogido por un mar peligroso que aun no recibe la tempestad. Pallina saca afuera del bolsillo el teléfono y sonríe.

Babi mete la Vespa de Pallina en el garaje. Perfecta. Su padre nunca podrá notar la diferencia. La pega aun más del muro, así no puede decir nada.

Mira el reloj. Las siete menos un cuarto. Diablos! Sale corriendo por la escalera. Abre veloz la puerta.

Dani, regreso mama?

No, aun no.

Menos mal. Raffaella la castigo, Babi no puede salir hasta la próxima semana, y es mucho arriesgarse el primer día. Daniela la mira preocupada.

Entonces, se sabe algo de nuestra Vespa?

Nada. Debe tenerla la policía.

Que? Perfecto! Y si hacen el seguimiento?

Me han dicho que antes o después la policía llamara para restituirla. Debemos solo interceptar la llamada antes que papa y mama

Facil. Y si llaman en la mañana?

Estamos muertas. Por ahora Pallina nos dejo su Vespa. La metí en el garaje, así cuando regrese papa no se dará cuenta de nada.

Ah, a propósito, te llamo Pallina.

Cuando?

Hace poco, cuando estabas afuera. Dijo que esta noche salen y que van al club Vetrine. Que te espera, que no seas orgullosa y que vayas porque descubrió todo. Y después me dijo algo como el nombre de un animal. Conejito, ratoncito ah si, dijo, salúdame al pececito. Pero quien es el pececito?

Babi se voltea hacia Daniela: se siente golpeada, descubierta, traicionada. Pallina sabe.

Nada, es solo un chiste.

Seria muy largo de explicar. Muy humillante. La rabia la toma por un momento, la lleva silenciosa a su cuarto. En el atardecer visto desde los vidrios de su ventana ve plasmada toda la historia. La boca de Step, su sonrisa divertida, el cuento a Pollo, sus risas y después el mismo cuento a Pallina y quien sabe a quien mas aun. Fue estupida, debió contárselo a su mejor amiga. La hubiera entendido, consolado. Hubiera estado de su parte, como siempre. Después mira el póster en su armario. Y por un momento siente odio. Pero es solo un momento. Lentamente baja las manos. Mitica pareja! Orgullo, dignidad, rabia, indignación. Deslizan fuera de ella como si se quitara una camisa de noche de seda sin mangas, a través de su cuerpo liso y dorado. Y ella, finalmente libre, sale fuera simplemente, con un paso. Desnuda de amor se acerca a el, a su imagen.

Por un momento parecen sonreírse. Abrazados en el sol del horizonte, cerca aun si no es así. El de papel plastificado, ella llena de lucidas emociones, finalmente claras y sinceras.

Ella baja tímida los ojos y sin quererlo se encuentra de nuevo frente al espejo. No se reconoce. Sus ojos así sonrientes, esa piel brillante hasta la cara le parece diferente. Se echa los cabellos hacia atrás. Es otra. Sonríe feliz a esa que nunca había sido. Una chica enamorada. No solo eso. Una chica indecisa y preocupada de cómo vestirse esa noche.

Mas tarde, después de que sus padres la regañaran de nuevo y hubieran salido para una de sus cenas, Babi entra en el cuarto de Daniela.

Dani, voy a salir.

Adonde vas? Daniela aparece en la puerta.

A Vetrine. Babi saca afuera de las gavetas algunas camisas y abre el armario de la hermana. Mira, donde metiste la falda negra la nueva

No te la presto! Así me botas también esa! No insistas.

Pero anda, solo fue una vez, no?

Si, quizás esta noche pasa otra cosa. Quizás esta vez terminas en el fango. No, no te la presto. Esa es la única que me queda bien. No te la puedo dar, en serio.

Si, pero cuando yo hago la groupie o salgo en el periódico, ahí vas con tus amigas diciéndole a todas que eres mi hermana. Nunca les dices que no me prestas la falda!

Eso que tiene que ver?

Tiene que ver, tiene que ver, cuando me pidas un favor

Esta bien, llevatela.

No, ahora no la quiero mas

No, ahora la agarras

No, no la quiero

Ah no? Entonces si no te pones mi falda, cuando salgas yo llamo rápido a mama y le aviso.

Babi se voltea molesta a la hermana. Que vas a hacer?

Lo que escuchaste.

Veras que cachetes rojos tendrás

Daniela hace una cara graciosa y al final terminan las dos riéndose.

Toma. Daniela pone la falda negra sobre la cama. Es toda tuya. Lánzate dentro del estiércol de nuevo, si te divierte.

Babi agarra la falda con las dos manos y se la apoya sobre la barriga. Comienza a imaginar que se podría poner encima. Suena el teléfono. Daniela va a responder. En su cuarto, Babi sube el volumen a la radio. La música inunda la casa. Daniela suelta el teléfono. Andrea, espera un momento. Cierra la puerta del corredor, después regresa tranquila a hablar. Babi saca afuera todo. El armario abierto, las gavetas en el suelo. La ropa tirada sobre la cama. Indecisión. Va al cuarto de su madre. Abre el armario grande. Comienza a hurgar. Cada tanto se recuerda de algo. Podría quedar bien si lo combino con la falda negra? Abre las gavetas. Debe tener cuidado de donde mete las manos. Las cosas siempre deben regresar a su lugar. Las madres siempre se dan cuenta de todo, o casi. A Raffaella tampoco se dio cuenta de la Vespa de Pallina. Las madres se dan cuenta de todo, pero no entienden nada de motos o de Sony.

No mandes nunca a una mama a comprarte ese estilo de jeans que le viste a tu amiga. Te llevara siempre esos que usa la más gafa de la clase.

Sonríe. Una chaqueta azul? Muy caliente. La camisa de seda? Muy elegante. La chaqueta negra con el body debajo? Muy fúnebre. El body, sin embargo, no queda mal. Body debajo de la camisa? Se puede probar. Cierra las gavetas. Va hacia su cuarto. Dejo una chaqueta roja en la cama. La hubieran descubierto. Lo mete en su puesto. Se hubiera dado cuenta antes de tiempo? El entusiasmo vence al miedo.

Pero a quien le importa! El castigo desaparece desintegrándose en el espejo. Babi se mira perpleja. Body debajo de la camisa, no. La falda de Dani no va. Mejor así. Pobrecita, de verdad es la única cosa que le queda muy bien. Decide que se la llevaría a las carreras. Mañana. Pero ahora? Ahora que me pongo? Regresa a su cuarto. Que me pongo? En un momento. Abre corriendo la última gaveta. La braga de jeans! La saca afuera. Descolorida, corta y un poco deteriorada, justo como la odia la mama. Justo como la amaría el. Se cambia veloz. Se mete la camisa clara, la empuja debajo del pantalón. Se lanza en la cama, agarra las medias cortas y se las pone, después las cubre con los Converse All Star, altos hasta el talón, azul oscuros, igual que el cepillo que consigue en el baño. Se peina recogiendo hacia atrás los cabellos. Dos zarcillos de colores con forma de peces de los mares del sur. La música enloquece a todo volumen. Una línea negra le alarga los ojos. La esponja gris los difumina, tratando de hacerlos aun mas bellos. Los dientes blancos saben a menta. Un delicado brillo le cubre los suaves labios haciéndolos aun mas deseables. Las mejillas, pintadas de rojo naturalmente, se difuminan solas perfectamente.

Daniela esta todavía en el teléfono. La música de repente se apaga. La puerta del corredor se abre lentamente. Daniela deja de hablar por teléfono.

Pero que bella!

Babi se mete la chaqueta oscura de jeans Levis.

De verdad estoy bien?

Te ves fenomenal!!!

Gracias Dani sabes que paso tu falda era muy seriecita.

Le da un beso. Después escapa veloz. Saca fuera del garaje la Vespa de Pallina. La prende, mete primera. Va por toda la bajada, deslizándose así por el fresco de la noche. Su perfume Caronne francés se mezcla con el perfume de los jazmines italianos en una delicada igualdad. Saluda a Fiore, el portero. Después maneja en medio del tráfico. Sonríe. Que pensara Step? Le gustara? Que dirá del maquillaje? Que dirá de la camisa debajo de la braga? Se dará cuenta que es del color de sus ojos? Su pequeño corazón comienza a latir veloz. Inútilmente preocupado. No sabe que rápido tendrá todas las respuestas.

La Vetrine. Frente a la puerta un tipo obeso con un pequeño zarcillo en la oreja derecha y la nariz grande hace esperar a un grupo de personas. Babi se mete en la línea. Cerca de ella, dos chicas demasiado maquilladas con especie de sobretodos ligeros de tela y sus acompañantes, dos tipos con chaquetas curiosas. Frente de la solapa tiene un prendedor dorados con forma de saxofón, tan extraño como la idea de que el supiera tocar uno. El otro viene traicionado por los zapatos mocasines ligeros de piel. Esa Marlboro en la boca no lo salvaría. Nunca entrarían.

El portero mira a Babi. Tu. Babi sobrepasa las chicas con peinados extravagantes, una pareja muy melosa y dos chicos hermosos que venían de lejos. Alguno se lamenta, pero lo hace en voz baja. Babi sonríe al portero y entra. El vuelve a mirar hacia su pequeño rebaño, la cara decidida, las gruesas cejas, listas a apagar cualquier rebelión. Pero no existe la necesidad. Todos continúan a esperar en silencio, mirándose entre ellos, con esa media sonrisa que solo vale por una frase entera: Nosotros no valemos un coño.

Dos enormes cornetas suenan en lo alto haciendo retumbar el bajo. En la barra, chicos y chicas gritan tratando de hablarse y riendo. Babi se apoya al vidrio. Mira debajo la gran pista. Todos bailan como locos. En los bordes también la gente mas calmada viene transportada por el house. Vetrine le gusta mucho: entras y miras a través de ese vidrio la gente que baila debajo de ti, después si quieres, bajas tu también, lanzándote a la mezcla, observada por los otros, pequeño espectáculo de colores. Algunas chicas agitan los brazos, otra baila divertida bromeando con su amiga. Con sus pequeños top elásticos blancos y negros, con sus pantaloncillos pegados en la cintura y un poco cortes. Ombligos descubiertos y jeans de colores, ligeramente alargados al final, envueltos por un largo pañuelo en la cintura. Las situaciones de siempre, una chica que es ciegamente ingenua y el chico que trata de enamorar a alguna. Un tipo imitando a John Travolta con un copete en la cabeza y una camisa larga. Una pareja que intenta decirse algo. Quizás el le esta proponiendo un baile mas sensual en casa, solos, con una música mas dulce. Ella ríe. Quizás aceptara. Nada, ninguna pista de Pallina, de Pollo, de los demás amigos y sobretodo de el, de Step. No habrán venido? Imposible. Pallina le hubiera avisado. De repente Babi siente algo. Una extraña sensación. Esta mirando en la dirección equivocada. Y como guiada por una mano divida, por dulce empujón del destino, se voltea. Ahí están. Allí, en la misma sala, sentados en la esquina del fondo, justo contra el ultimo vidrio. Esta todo el grupo: Pollo, Pallina, ese de la venda, otros chicos de cabellos cortos y gruesos bíceps, acompañados por chicas más pequeñas y tiernas. Esta Maddalena, con su amiga de la cara redonda. Y esta el. Step esta bebiendo una cerveza y cada tanto mira abajo. Pareciera buscar algo o alguien. Babi siente algo en el corazón. La esta buscando a ella? Pallina quizás le ha dicho que vendría. Regresa a mirar abajo. La pista le parece enloquecer detrás del vidrio. No, Pallina no se lo pudo haber dicho. Lentamente regresa a mirarlo. Sonríe para si misma. Que extraño. Es así de genial, con ese aire de duro, los cabellos cortos y bajos detrás, la chaqueta cerrada y esa forma de estar sentado, de dueño, tranquilo. Quizás algo en el es dulce y bueno. Quizás su mirada. Step se gira hacia ella. Babi se voltea asustada. No quiere dejarse ver, se mezcla entre la gente y se aleja del vidrio. Va al fondo del local y le paga a un tipo que le da un ticket amarillo y la deja pasar. Baja veloz las escaleras. Debajo la música es más fuerte. En la barra Babi pide una bebida llamada Bellini. Le gusta porque tiene durazno. Step se levanto. Esta apoyado en el vidrio con las tos manos. Mueve arriba y abajo la cabeza al ritmo de la música. Babi sonríe. De ahí no puede verla. Llega el Bellini y en un momento desaparece.

Babi, sin dejarse ver, se voltea hacia la pista, va justo debajo de ellos. Se siente extrañamente eufórica. El Bellini esta haciendo efecto. La música la toma. Se deja llevar. Cierra los ojos y lentamente, bailando, atraviesa la pista. Mueve la cabeza siguiendo el ritmo. Feliz y un poco ebria, en medio de desconocidos. Sus cabellos vuelan. Sale hacia un lado más alto de la pista. Cierra las manos y comienza a bailar ondeando con los hombros, con la boca cerrada y soñadora abre los ojos, mirando arriba. A través del vidrio sus miradas se encuentran. Step esta ahí y la esta viendo. Por un momento no la reconoce. Pallina también la ve. Step se voltea hacia Pallina y le pregunta algo. Desde abajo, Babi no puede escuchar, pero intuye fácilmente la pregunta. Pallina asiente. Step regresa a mirar abajo. Babi le sonríe y después baja la mirada y regresa a bailar, tomada por la música.

Step se aleja veloz, sin preocuparse de nada y de ninguno. Pollo mueve la cabeza. Pallina salta encima de su chico, lo abraza con amor y lo besa en la boca. El tipo tosco y bajo en la escalera deja pasar a Step sin pagar. Lo saluda con respeto. Step se para. Babi esta ahí, frente a el. Un tipo de cabellos largos le baila alrededor a ella interesado. Viendo a Step se aleja como llego, haciéndose el loco. Babi continua bailando mirándolo a los ojos, y en ese momento el se pierde en ese azul. Mudos y sonrientes bailan cerca. Respirando sus miradas, sus ojos, sus corazones. Babi se mueve ondeando. Step se le acerca más. Puede sentir su perfume. Ella alza las manos, las lleva frente a la cara y baila detrás, sonriente. Se deja llevar. El la mira encantado. Es bellísima. Con los ojos así ingenuos como nunca los había visto. Esa boca suave, de color pastel, esa piel terciopelo. Todo en ella parece ser frágil pero perfecto. Sus cabellos bajan felices debajo de la cara, bailan alegres saltando de una parte a otra, haciéndole pareja a su sonrisa.

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