Блейк Пирс - Antes De Que Atrape стр 12.

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“En fin, esto es lo mejor que podemos hacer,” dijo Tate, girando el MacBook en dirección a ella. “Mi colega se acaba de asegurar de que podamos utilizar FaceTime con él. Esto, para Kingsville, es alta tecnología.”

Sacó el número de McGrath de su lista de contactos y lo introdujo. Al realizar la llamada, tardó unos momentos en conectarse. Cuando apareció el rostro de McGrath en la pantalla, Tate y Andrews se colocaron detrás de Mackenzie.

Hicieron una rápida ronda de presentaciones—mera formalidad, para ser honestos, ya que estaba segura de que a McGrath le interesaban muy poco los agentes de la policía de Kingsville.

“Para asegurarme de que estamos todos al día,” dijo Mackenzie. “Voy a repasarlo una vez más. Había unas laceraciones muy leves en la mano izquierda de Malory Thomas. Además, había una ligera muesca, como si se hubiera estado agarrando a algo momentos antes de su muerte. Tras visitar el Puente de Miller Moon por la mañana, fui capaz de determinar que la muesca tenía exactamente la misma forma que las cubiertas que hay sobre los tornillos a lo largo de los puntales al extremo del puente.

“Adicionalmente, se encontró un pedazo de madera en su cabello—que al forense le resultó extraño porque era el único pedazo. Resulta que la madera en su cabello es exactamente la misma que tienen los soportes de madera a lo largo y por debajo del puente, hasta del mismo tono y textura. Si a eso le añadimos el hecho de que estaba desnuda y que se encontró su ropa sobre el puente, me hace pensar que no saltó. Más bien parece que estaba colgada del extremo del puente. Con bastante fuerza, puedo añadir, a juzgar por esa muesca. Y si se iba a quitar a vida, ¿por qué se esforzaría por sujetarse del borde?”

“Tiene sentido, creo yo,” dijo Tate.

“Sí que lo tiene,” dijo McGrath. “Pero entonces esto nos lleva a más preguntas. ¿Fue solamente Malory la que puede que haya sido asesinada? ¿Podemos también añadir a Skinner en el mismo barco? Y si es así, ¿por qué no a todos los demás que han saltado desde ese puente?”

“Estuve hablando con la doctora Jan Haggerty, una psiquiatra que vive en el pueblo. Me dijo que, en base a lo que sabía sobre Skinner, no hay manera de que se suicidara. Y sin duda, su madre también está de acuerdo con eso. Y si miramos las fechas de los suicidios, han pasado casi dos años desde que se encontrara un cadáver en las rocas que hay debajo del puente. Ahora, dos años después, tenemos a dos en cuestión de cuatro días. Creo que podemos asumir con certeza que también merece la pena investigar la muerte de Kenny Skinner como un posible asesinato. Las fechas son demasiado cercanas como para que se trate de una coincidencia.”

“Alguacil Tate, ya hemos hablado de la importancia del chico de Skinner,” dijo McGrath. “Le pido que en los próximos días tenga la consideración de proporcionarle a la agente White cualquier cosa que necesite. Y le ruego que le deje liderar este caso. Es una de mis mejores agentes y confío en ella por completo. ¿Puede hacer esto por mí?”

“Sin duda alguna. No tienes más que decirme en qué te podemos ayudar.”

“Agente White, ¿tienes alguna pista que investigar en este momento?”

“Nada robusto todavía,” dijo ella. “Pero supongo que no debe de ser difícil encontrar a alguna gente con la que hablar sobre las vidas de las víctimas. Me están diciendo continuamente que este es uno de esos pueblos donde todo el mundo se conoce entre sí. Cuando hablé con la madre de Kenny Skinner, se me ocurrieron algunas ideas.”

“Muy bien. Ponte a ello, y mantenme informado. Alguacil Tate, gracias de nuevo por su cooperación.”

“Sin prob—”

Pero McGrath ya había colgado. La pantalla titiló por un momento y entonces se terminó la conexión.

“No te lo tomes personalmente,” dijo Mackenzie. “A mí me lo hace todo el tiempo.”

Con un gesto de indiferencia, Tate preguntó, “Y entonces, ¿qué necesitas de nosotros?”

Mackenzie lo pensó por un momento, intentando determinar el mejor curso de acción. “¿Puedes conseguirme los informes policiales de algunas de las personas que se han suicidado en ese puente durante los últimos cinco años más o menos?

“Puedo hacer eso por ti,” dijo Tate. “Aunque no creo que haya mucho que mirar.”

“Está bien, solo—”

Le sonó el teléfono, interrumpiéndola. Lo respondió y escuchó la voz sombría de Pam Skinner al otro lado.

“¿Agente White? ¿Todavía sigue en Kingsville?”

“Así es.”

“¿Cree que podría pasarse de nuevo por mi casa? Finalmente, mi marido se ha calmado un poco y quiere hablar con usted.”

“Desde luego. Deme unos cuantos minutos.”

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