Cuando analizas la situación, te darás cuenta de que todo tiene un camino, es sólo para usar los elementos correctos. La vaguedad de la vida es lo que la hace bella y desafiante. Aparte de la muerte, todo, absolutamente todo, puede ser cambiado. Así que, usa tu persistencia y fe para convertirte en un ganador.
- "Cuando todos te digan que no, cuando parezca que todo está perdido y la oscuridad te rodea, recuerda en este momento: Dios está contigo preparando un camino espacioso, amplio y claro, algo mejor que todo lo que has imaginado para tu vida".
Materialismo versus Reino de Dios
Estamos viviendo un momento único en la humanidad. Desde el siglo XX hasta el actual se sabe que la humanidad ha avanzado en varios aspectos, especialmente en el ámbito científico-tecnológico y cultural. Por el contrario, hay un deterioro de las relaciones familiares, sociales y religiosas.
Somos capaces de volar, de comunicarnos a largas distancias, de combatir enfermedades incurables, pero la mayoría son incapaces de valorar a la familia, los amigos, la gratitud, el respeto, prefieren entrar en un ambiente de competición en busca de dinero, fama, poder, estatus social en detrimento de uno mismo y del otro.
Hoy en día, es común la desobediencia del niño a los padres, las agresiones verbales y físicas, la libertad exacerbada de los jóvenes que aún antes de la mayoría de edad invaden las redes sociales sometiéndose a peligros incuestionables. Antes teníamos una educación patriarcal rígida, ahora la educación se ha vuelto imposible. Las consecuencias de esta modernidad están en el aumento de la delincuencia, en las tragedias familiares, en la separación de padres e hijos.
Además, la sociedad y su falso moralismo obligan a la gente a vivir un carácter que encaje en el biotipo aceptado. Ejemplos de ello son los homosexuales no asumidos, las mujeres y sus matrimonios a menudo se enfrentan, los indios y los negros que una vez escaparon de la intolerancia al sincretismo religioso.
Todo esto expuesto, podemos concluir que para entrar en el Reino de Dios, es necesario negar lo que hay en el mundo, el materialismo, e integrar la misión que Yahvé nos ha dejado. Es necesario mostrar amor, competencia, honestidad, sinceridad y caridad en todos los sentidos hacia el prójimo. La gente tiene así un lugar reservado en el mundo espiritual, la casa de mi padre.
La dualidad
Desde el principio de los tiempos, hemos vivido una fase dualista. Por un lado tenemos las fuerzas del bien representadas en su rango jerárquico más alto por Yahvé y sus hijos; y por el otro, Satanás y sus ángeles. Nuestra realidad dimensional refleja esta realidad con personas divididas en ambos lados. Pero no es de manera absoluta. Incluso las personas buenas cometen maldades y las malas a veces también hacen buenas obras.
Yahweh Dios permitió que fuera de esta forma como consecuencia de su gran amor con las criaturas. La dualidad es un precio a pagar por la libertad concedida. Desde la revuelta de Lucifer hasta el Apocalipsis, todo es premeditado con la coordinación del Dios viviente ya que ni una hoja de los árboles cae sin vuestro consentimiento.
Haciendo una analogía, somos actores en el gran escenario cuyo escritor invisible es Yahvé. Dios infunde en las criaturas el estado de ánimo adecuado para que sucedan cosas buenas. Sin embargo, no podemos usar este argumento para justificar nuestros errores porque en el mal no se encuentra.
Invito a mis hermanos a recorrer el camino de la bondad y los elementos clave para ello son el seguimiento de los treinta mandamientos ya citados. Mi padre quiere que todos sean salvos y sólo espera tu respuesta para actuar y transformar tu vida.
La misericordia humana y la misericordia de Dios
Hay hombres humanos e inhumanos. Estos últimos tienen el corazón tan petrificado que son insensibles a las situaciones calamitosas de la vida. Son criaturas castigables por estar en una escala más baja. Los primeros son personas abiertas y con la sensibilidad necesaria para ayudar y perdonar a los primeros.
Aunque son buenos, los hombres humanos no pueden ser comparados con el padre y los hijos. Con infinita bondad y una intensa capacidad de amar, lo divino tiene una misericordia insondable.
Tanto como un hombre se hunde en el lodo de los pecados, la salvación es posible a los ojos de Dios. Sólo una entrega confiada y una actitud sincera de cambio por parte del pecador. Al hacerlo, las puertas se abrirán y entonces el mundo experimentará el verdadero amor del Padre.
¿Qué representa Dios en tu vida?
Propongo una reflexión colectiva sobre el papel de Dios en nuestras vidas. ¿Qué importancia tiene tu presencia en nuestro día a día? Para mí, Dios lo es todo. Él está presente en mis palabras, en mi don, en mi respiración, en el latir de mi corazón, en mi trabajo, en el ambiente familiar, en mi sonrisa, en mi caridad, en mi amor al prójimo, en mi comprensión y en mi perdón al otro.
El Dios santo también se manifiesta en mi alma y en mi mente infundiéndome sabiduría y llevándome a un mar de éxitos y deleites. También está listo para actuar en su vida. Pero lo que ves son personas egoístas, maliciosas, mentirosas, apegadas a la materia y al poder. Prefieren ser prominentes entre los hombres a una reconciliación con su padre.
Mucha gente ni siquiera recuerda a Dios en paz y bonanza. Prefieren dar crédito humano a sus logros aunque el verdadero mérito viene del padre porque él creó todo lo que existe. Cambio de vida. Haga de su actitud una manera de acercarse con el padre de modo que él y usted sean uno. Eso es lo que Jesús hizo hace dos milenios.
Este enfoque dará fruto en tu vida haciéndote un ser mejor y más consumado. Créeme, no hay felicidad más allá de eso con tu padre.
La cuestión de invocar a los muertos