3. Vista aèria de la ciutat, castell i port de Dénia.
4. Castell de Dénia. Dècada dels seixanta del segle XX. (Fotos Guillén)
5. Vista de la ciutat de Dénia. Dècada dels seixanta del segle XX. (AHN)
1 Per a conéixer els canvis patits a la línia de costa i a lentorn del turó, són de lectura imprescindible els articles de Carlos Ferrer García (1990, 1997 i 2005).
2 Per a simplificar les descripcions de lentorn natural i dels recintes emmurallats, utilitzaré les orientacions dels punts cardinals de la manera següent: nord, direcció cap a les Marines; sud, direcció cap al Montgó; est, direcció cap a la mar, i oest, direcció cap a Ondara. Puntualment, per a més precisió, indicaré lorientació vertadera.
3 El Regatxo es desvia i canalitza el seu darrer tram a partir dun projecte de «Defensa de Denia contra las avenidas procedentes de la sierra del Mongó (provincia de Alicante)», València, Confederació Hidrogràfica del Xúquer (Costa Mas, 1977: 31).
4 AMD, Obres i serveis, clavegueram, sanejament, caixa 5, «Expediente relativo a las obras necesarias para la desestancación de los sitios llamados Raset y Saladar».
5 En la mateixa alineació, entre el convent de Sant Antoni i el castell, hi havia una pedrera de tosca utilitzada en la construcció durant un llarg període (Chabàs, 1886-1887c: 39). Al vessant nord del turó, en la Devesa del Governador, a una altura duns 10 m, i per la Ronda de les Muralles, quasi a nivell de la mar, és també present el mateix jaciment, però descassa potència. Per a una visió més completa, cal consultar C. Gaibar-Puertas (1972).
6 Dues publicacions descriuen aquest aterrament. Una és de R. Chabàs, que en una vista de Dénia comenta que «un genio emprendedor [es refereix a Patricio Ferrándiz] ha disecado aquella gran extensión de terreno. No han pasado aún seis años y aquel antiguo foco de terciarias ha desaparecido, rellenado con los escombros de las murallas» (Chabàs, 1985: 228).
Més explícit és V. E. Oliver (1930: 6-7), per la profusió de dades que aporta: «El Saladar de Denia estaba formado a mediados del siglo pasado por unos terrenos pantanosos, a modo de una marjal, que permanecía inundado desde Septiembre u Octubre, al iniciarse las lluvias otoñales, hasta Mayo o Junio, y los otros tres o cuatro meses de calores se secaba, pero exhalando las consiguientes miasmas, constituyendo un foco palúdico de gran notoriedad en todo el antiguo Reino de Valencia, hasta el extremo de que todavía se conservan algunas sentencias populares que recuerdan aquella calamidad pública.
Después de la revolución de 1868 se acordó el derribo de las murallas de Denia, y un modesto maestro de obras que aquí había, llamado D. Patricio Ferrándis, se quedó la contrata del derribo a cambio de los escombros, que consistían en un poco de piedra y enormes cantidades de tierra que, según él, reunía excelentes condiciones para la explotación agrícola. Adquirió la laguna del Saladar, hizo catas, rellenándolas de machaca, o sea zanjas de drenaje, y encima puso la tierra sacada de las murallas, convirtiendo de tal suerte aquella especie de laguna, que sin duda fué en otro tiempo albufera y acaso más pretéritamente un fondeadero, en una partida de labrantío, la actual partida del Saladar, que entonces tenía unas 90 hanegadas de extensión superficial (cerca de 7 ½ hectáreas).
Allí edificó el señor Ferrándis algunas casitas de labor, y de Poniente a Levante atravesó toda la finca, cuyas dos suertes estaban separadas por un camino que hoy se ha convertido en continuación de la calle Diana
La finca total lindaba por Occidente con el camino del Pozo de la Montaña, hoy camino de la Colonia del Montgó. El linde Norte de la suerte Oriental lo daba la acequia de la Sociedad de Aguas, que corría a lo largo de la orilla Sur de un caminito convertido después en calle del Saladar, de Tallandé más tarde y hoy de Patricio Ferrandis, en recuerdo del fundador de la finca.
Esta acequia, que después fue desviada y convertida en la alcantarilla cubierta, hoy existente en la calle de Patricio Ferrándis, ha sido confundida por los que no la han conocido o no la recuerdan bien, con el Riachol, que es cosa muy distinta».
7 A pesar daquesta elevació del terreny, el barri del Saladar sempre ha estat inundable, perquè la conca natural no havia estat modificada, i per tant gran part de laigua procedent del Montgó continuava arribant a lantiga llacuna. La urbanització del barri de Baix la Mar fins a lactual carrer del Marqués de Campo, amb construccions paral·leles a la costa, impedia la sortida de laigua de pluja. Amb lexecució dun projecte als anys vuitanta del segle passat, es creà un canal paral·lel a lantic Riatxol per lactual carrer de Patricio Ferrándiz, que arreplegava part de laigua del Montgó. En un projecte posterior, el barranc del Saladar es desvià al barranquet de Miró o de Santa Llúcia, ja fora del Saladar i del port. Des daleshores no sha produït cap inundació.
Més explícit és V. E. Oliver (1930: 6-7), per la profusió de dades que aporta: «El Saladar de Denia estaba formado a mediados del siglo pasado por unos terrenos pantanosos, a modo de una marjal, que permanecía inundado desde Septiembre u Octubre, al iniciarse las lluvias otoñales, hasta Mayo o Junio, y los otros tres o cuatro meses de calores se secaba, pero exhalando las consiguientes miasmas, constituyendo un foco palúdico de gran notoriedad en todo el antiguo Reino de Valencia, hasta el extremo de que todavía se conservan algunas sentencias populares que recuerdan aquella calamidad pública.