28 En su edición del 17 de mayo de 1930.
29 Publicada en el diario La Voz el 25 de julio de 1930. Alberto Insúa la remata con juicios favorables (aunque no ditirámbicos) de Caminos, que le gusta «como la promesa de una obra más fuerte y personal». Y añade: «Desde luego, esta muchacha es poeta. Esencialmente poeta. Pero su don o fondo lírico no ha encontrado todavía un cauce original. Sus versos saben a otros versos. De vez en cuando surgen la metáfora virgen, la imagen nueva, el timbre de una voz no escuchada. Lo frecuente es una manera fácil, conocida, y un tono elegíaco de la más honda raíz romántica que no dan idea de la persona tan dinámica, tan actual que escribió los versos».
30 Publicada el 6 de julio de 1930.
31 Esta entrevista, aparecida el 19 de junio de 1930 bajo el título «Una poetisa catalana en Madrid» (y con el subtítulo «Ana María Martínez Sagi es una excelente deportista, una poetisa admirable y nada menos que toda una mujer»), sería enseguida recogida por César González-Ruano, en una versión más extensa, en su libro Caras, caretas y carotas (1930).
32 Estas cartas de Antonio Machado, en las que indubitablemente se refiere al éxito que acaba de cosechar Ana María Martínez Sagi en su visita a Madrid, las reproduce Pilar de Valderrama en su libro de confesiones Sí, soy Guiomar. (Memorias de mi vida), publicado por Plaza & Janés en 1981.
33 En el diario Las Noticias, el 5 de septiembre de 1930.
34 En Xut!, tal vez el semanario deportivo más exitoso del momento, se traza una semblanza satírica de nuestra autora (núm. 392, de 26 de abril de 1930), en la que se afirma que «cobra unes quantitats molt elevades per escriure cròniques femenines a Deportes». Son constantes las alusiones malévolas o eutrapélicas a Ana María Martínez Sagi en esta publicación, lo que da prueba de su popularidad en los ámbitos deportivo y periodístico durante aquellos años.
35 Miembro de Esquerra Republicana, Josep Sunyol i Garriga (1898-1936) obtuvo más votos en su circunscripción que el mismísimo Lluís Companys y volvió a ser elegido en 1933 y 1936. Sunyol se hallaba en Madrid cuando a principios de agosto llegaron noticias del frente que anunciaban que un contrataque republicano había conseguido tomar el Alto del León, en la sierra del Guadarrama. Hacia allí se dirigió en coche, acompañado por el periodista Pere Ventura Virgili. Al parecer, cruzaron sin percatarse las líneas enemigas y fueron hechos presos y fusilados sin juicio.
36 Así, por ejemplo, la firma de Ana María Martínez Sagi desaparecerá entre agosto de 1935 y enero de 1936, período durante el cual el semanario se publicó bajo el nombre de La Rambla de Catalunya, tras la suspensión decretada por el Gobierno de la cabecera original. En general, sus colaboraciones perderán asiduidad y relieve a partir de 1933, coincidiendo con su incorporación como secretaria en el Ayuntamiento de Barcelona. Allá por 1935, los artículos de nuestra autora eran cada vez más sucintos y casi siempre confinados a la temática deportiva, ignoramos si por elección propia o por exigencias editoriales. En 1936, sin embargo, volverá a publicar crónicas y entrevistas más extensas.
37 Léase, por ejemplo, su crónica social «Observacions entorn duna tassa de te», publicada el 3 de octubre de 1932, que incluimos en nuestra antología. Pero tal vez nuestra autora no explotase demasiado esta veta para no perjudicarse en su empleo municipal.
38 Crónica, número 103, 1 de noviembre de 1931.
39 Mundo Gráfico, núm. 1045, 11 de noviembre de 1931. Este semanario dedicará dos páginas a la crónica de la conferencia, firmadas por su redactor Luis del Campo.
40 Aparecida el 7 de diciembre de 1931, bajo la firma del cronista deportivo Lewis, habitual del semanario de Sunyol i Garriga. La traducción al castellano es nuestra.
41 Nunca se llegó a constituir esta sucursal madrileña del Club Femení anunciada por Ana María Martínez Sagi.
42 Huelga decir que nuestra autora será partidaria de la participación femenina en las elecciones. Así, en un artículo publicado en marzo de 1933 sobre la situación salarial de las empleadas textiles escribirá: «Y la obrera catalana, cuando llegue la hora, votará naturalmente. Y la República puede estar segura, absolutamente convencida, de que la papeleta de sufragio en sus manos no se convertirá en un arma de ataque, sino todo lo contrario». En agosto de ese mismo año, en un reportaje incluido en nuestra selección, en el que entrevista a algunas de las mujeres catalanas más destacadas del momento, se percibe igualmente que su postura es muy favorable al voto de la mujer, aunque ceda también la voz a detractoras.
43 En uno de los capítulos de Andanzas de la memoria, sus memorias inéditas, Ana María Martínez Sagi recreará este primer encuentro con Elisabeth Mulder, que le dejó una muy honda conmoción.
44 Además de firmar durante años sus artículos son el seudónimo de Elena Mitre, Elisabeth Mulder se había visto obligada a retirar de las librerías, por petición de su marido, su libro Sinfonía en rojo (1929), que contenía poemas muy osados.
45 Ambos poemas están incluidos en nuestra antología.
46 La segunda, curiosamente, con el seudónimo de Elena Mitre (que había abandonado años atrás), en una crítica de Inquietud aparecida en la revista Lecturas en junio de 1932
47 Publicado primeramente en La Noche el 21 de mayo de 1932, sería de inmediato incorporado por Ana María a modo de frontispicio de su libro Inquietud, lugar para el que seguramente fue concebido. En él creemos descubrir una velada alusión a las jornadas vividas en Mallorca durante la Semana Santa de 1932: «¡Ah, sí, pequeña Ana María, tú eres todo en abril!». Además, el poema incluye un apóstrofe final, sobre el ritornello de un «¡Bendita seas!», que ofrece una certera radiografía espiritual de nuestra autora.
48 O, al menos, nosotros no hemos podido encontrar, en nuestras numerosas indagaciones por hemerotecas, ningún artículo de Ana María Martínez Sagi sobre Elisabeth Mulder.
49 En la revista mallorquina Brisas, Ana María Martínez Sagi publicaría cuatro artículos (uno de los cuales recogemos en nuestra selección). En Lecturas, donde Elisabeth Mulder alcanzó gran estrellato, Ana María sólo llegaría a publicar un relato, «El último triunfo», cuya protagonista, aunque más directamente inspirada en la actriz y rapsoda argentina Berta Singerman (muy admirada por nuestra autora), muestra rasgos tanto físicos como espirituales que nos recuerdan a Elisabeth Mulder.