Traducción al español: Agustin Wals 2021
Diseño del texto interno por Claire Siemaszkiewicz
Editorial Totally Bound
Esta es una obra de ficción. Todos los personajes, lugares y sucesos provienen de la imaginación de la autora y no deben confundirse con hechos reales. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas, eventos o lugares es pura coincidencia.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en forma material, ya sea por impresión, fotocopia, escaneo u otro medio, sin la autorización escrita del editor, Totally Bound Publishing.
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El autor y el ilustrador han hecho valer sus respectivos derechos en virtud de las Leyes de Derechos de Autor, Diseños y Patentes de 1988 (con sus modificaciones) para ser identificados como el autor de este libro y el ilustrador de las ilustraciones.
Publicado en 2021 por Totally Bound Publishing, Reino Unido.
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Libro primero de la serie
Calor Corporativo
Taylor se ve repentinamente lanzada a los peligros del mundo corporativo, y su único protector es su ardiente anónimo rollo de una noche.
Taylor Scott pensaba que lo tenía todo - una buena vida y un buen trabajo. ¿Sin relaciones? Sin problemas. Pero su mundo se pone patas arriba cuando el padre que nunca supo que tenía se niega a reconocerla, y después la convierte en la única heredera del gran conglomerado que poseía. Es la última cosa que quiere, pero las circunstancias no le dejan otra opción. Se adentra en un mundo de codicia y traición empresarial donde nadie es lo que parece
¿Y la única persona capaz de guiarla por las aguas traicioneras? El hombre con quien tuvo la mejor aventura de una noche, Noah Cantrell. Noah tampoco es lo que parece a primera vista, pero ahora es la única persona en la que Taylor puede confiar.
Mientras el peligro acecha a cada paso que da, ella tiene que confiar en él para todo. El hombre que la hace gritar de placer es el único que puede decirle dónde se oculta el peligro.
Dedicatoria
Para mis lectores, que han aguantado conmigo.
Para Claire y Nicki, líderes extraordinarias de Totally Bound - estuvisteis ahí al principio cuando os necesite y me volvisteis a dar un empujón cuando os volví a necesitar.
Mis beta readers, mis amigos más cercanos y la mujer de mi corazón a la que quiero muchísimo, Margie Hager.
Y a mi fabulosa editora, Rebecca Baker Fairfax, quien me enseñó a hacer un monedero de seda a partir de una oreja de cerda.
Sin vosotros este libro no habría visto la luz del dia ni habría dado lugar a la apasionante serie de Calor Corporal. Estoy eternamente agradecida a todos y cada uno de vosotros. Me alegra que emprendamos este viaje juntos.
Trademark Acknowledgements
The author acknowledges the trademarked status and trademark owners of the following wordmarks mentioned in this work of fiction:
Bankers Boxes: Fellowes Brands
Ford Expedition: Ford Motor Company
Gulfstream VI: Gulfstream Aerospace
Google Earth: Google Inc.
Hummers: General Motors Company
Jack Daniels: Brown-Forman Corporation
Levis: Levi Strauss & Co.
Stetson: The John B. Stetson Company
Texas Armoring: Texas Armoring Corp.
Capítulo Uno
Infierno y condenación.
Taylor Scott nunca maldecía, pero después de esta semanaeste díahabía adquirido una gran cantidad de palabras que no estaban antes en su vocabulario.
Sentó su cuerpo de metro sesenta y cinco con tacones en uno de los dos taburetes vacíos. Girándose, se miró en el espejo de detrás de la barra. Vio un mechón de pelo castaño y unos ojos color verde esmeralda. El conservador traje azul marino y la blusa de seda sólo presentaban un ligero desgaste tras el enfrentamiento del día. Los pesados aros de oro de sus orejas brillaban incluso en la tenue luz que la coctelería ofrecía.
Nada mal, pensó, evaluándose críticamente. No es un espectáculo. Pechos demasiado pequeños, caderas muy anchas, muslos un poco más gordos de lo que le gustaría. Pero hacía el mejor uso de sus atributos. Claramente no era alguien a quien dejar tirada en las calles, por así decirlo.
No le gustaba especialmente sentarse en los baresni siquiera visitarlos, a decir verdady hubiera querido una de las mesas pequeñas, pero estaban todas ocupadas. Pero necesitaba una bebida, algo que la hiciera olvidarse del hecho de que en el corto periodo de siete dias, ella había aprendido que su vida entera había sido una mentira. La carta de su abuela estaba doblada en el bolsillo de su chaqueta, una fina hoja de papelería llena de palabras que habían destruido todo lo que había creido sobre su vida hasta ahora.
"¿Qué puedo ofrecerle, señorita?"
Taylor levantó la cabeza. El camarero colocó una servilleta de cóctel en la barra en frente de ella. La esperó pacientemente, ese rubio fornido con ojos que decían que lo había visto y oido todo y una mirada expectante en su cara. ¿Qúe se bebía cuando querías emborracharte? Su experiencia estaba limitada a una pequeña seleccion de buenos vinos y Bloody Marys de los desayunos tardíos de los domingos. Espera. Los socios de la empresa de inversiones en la que trabajaba siempre bebían Jack Daniel's en las funciones corporativas. Negro, significara lo que significase. Dedujo que era tan buena elección como cualquiera.
"Jack Daniels Negro, por favor." Trató de que sonara autoriario.
"¿Piedras o limpio?"
Ella frunció el ceño. ¿Por qué tiene que ser tan complicado pedir una bebida? "Oh, esto, piedras por favor."
Era muy consciente de su alrededor. Las paredes del bar eran de un rico y pulido roble, como los paneles de la barra. Las mesas eran de tablas de roble, con sillas cubiertas de un cuero suave. La iluminación, discretamente empotrada, daba a los clientes la ilusión de un manto de oscuridad. Música suave salía de los altavoces escondidos, una efectiva pantalla de sonido para las parejas con las cabezas inclinadas hacia el otro de forma íntima.
"Su bebida, señorita."
El camarero colocó un vaso lleno de un líquido color ambar y cubitos de hielo en una pequeña servilleta, y puso un vaso de agua al lado.
"Por si quería un perseguidor." Le dedicó una media sonrisa.
Agarró el vaso con las dos manos y tomó un buen trago. La primera salpicadura del licor en su lengua era un agudo mordisco con un sabor ahumado, una sensación de ardor para la que no estaba preparada hizo que se le escaparan unas lágrimas y que tosiera.