Dawn Brower - Espiando A Mi Canalla стр 6.

Шрифт
Фон

"Ningún sinvergüenza se arriesgaría a tocarme", dijo ella. "Además, eres el único caballero de ese calibre que conozco, y ambos sabemos cuánto me desprecias."

Él le hizo una reverencia y dijo: "Tienes razón, dulzura. Ahora ve a esconderte antes de que ambos estemos arruinados".

Ella resopló pero hizo lo que él le ordenó. No porque quisiera obedecerlo, sino porque estaba de acuerdo con él en esto. Un matrimonio entre ellos sería muy indeseable, pese a que todavía se preguntaba cómo sería un beso de él. Era una curiosidad tonta que intentaría olvidar. Lord Carrick no era para ella. Este nuevo príncipe... él era el premio, y ella pretendía arrebatárselo a todas las demás damas elegibles.

"¿Por qué te escondes aquí?", dijo Lord Blackthorn.

Al principio, pensó que la había visto en los arbustos, pero se asomó y se dio cuenta de que él se dirigía a Lord Carrick. "Necesitaba un poco de aire", dijo acercándose a las escaleras para unirse al marqués. "Creo que es hora de que entre".

"Tu hermana te está buscando", dijo Lord Blackthorn. Su voz denotaba un cansancio que contradecía su expresión indiferente. ¿Qué podría estar molestando al marqués?

Lord Carrick suspiró. "Tengo miedo de descubrir por qué. Supongo que debería encontrarla y ocuparme de ella inmediatamente. Camina conmigo y dime qué ha estado tramando Nicholas".

En ese momento se percató de que Lord Carrick nunca le dijo que estaba haciendo en el jardín. ¿También había estado espiando al príncipe? No. Probablemente tenía alguna cita con una dama casada o alguna otra mujer de poca moral. Era un completo libertino, después de todo. Ella suspiró. Hyacinth no estaba celosa de esta mujer imaginaria. Una a la que probablemente había besado de verdad y con la que también le gustaba estar. No es que ella quisiera que él la besara... Solo tenía curiosidad de saber cómo sería tener sus labios sobre los de ella. Saborearlo y que él la abrazara como si la necesitara más que el aire para respirar. De solo pensarlo su corazón se desbocaba y le faltaba el aliento.

¿Qué le pasaba?

Los dos caballeros se alejaron del jardín y volvieron a entrar. Hyacinth respiró hondo y salió de su escondite. Tenía mucho que pensar, pero primero tenía que encontrar un lugar para arreglar su vestido y su cabello. Lord Carrick tenía razón. Estaba hecha un desastre.

Ваша оценка очень важна

0
Шрифт
Фон

Помогите Вашим друзьям узнать о библиотеке

Скачать книгу

Если нет возможности читать онлайн, скачайте книгу файлом для электронной книжки и читайте офлайн.

fb2.zip txt txt.zip rtf.zip a4.pdf a6.pdf mobi.prc epub ios.epub fb3

Популярные книги автора