Mientras caminaba por su lado hacia su propia puerta, ella finalmente le habló.
"Sé lo que eres," Kyoko dijo suavemente.
Amni se detuvo, pero se mantuvo de espaldas a ella esperando que ella lo viera como un signo de confianza. -Tengo una buena idea de lo que eres también.
-Entonces propongo una tregua -dijo Kyoko-.
Amni finalmente la miró con curiosidad. -¿Por qué no me mataste anoche?
Kyoko cruzó los brazos sobre su pecho, pensando en ello durante toda la noche. La verdad era... que simplemente no querÃa. "No matas a los humanos para alimentarte", ella habÃa estado más que agradecida de encontrar todas las pintas de sangre de la Cruz Roja vacÃas en su basura.
"Mi sustento es entregado una vez por semana", Amni explicó secretamente preguntándose cómo ella ya lo sabÃa.
A partir de ese momento, Amni se habÃa convertido en amigo de Kyoko, hermano, protector... quizás más. No estaba seguro de qué palabra usarÃa para describir su relación. Lo único que sabÃa era que se miraban unos a otros.
"Estoy bien", respondió Kyoko, atrayendo su atención hacia el presente. -Sólo un poco estresado.
Amni sonrió, "SÃ, Yohji puede hacerle eso. ¿CreerÃas que en realidad llegó a mà la otra noche? Hablar de doblado. "Era una mentira pero la mirada en su cara valió la pena. La verdad era que habÃa pillado a Yohji en el bar yendo a una chica que ya le habÃa dicho "No" muchas veces... pero él dejarÃa de lado ese pequeño detalle.
Las cejas de Kyoko se dispararon en su cabello y una sonrisa incrédula se extendió por su rostro. "Oh, Dios mÃo, ¿tienes que estar bromeando?"
Amni sacudió la cabeza, "No, no me encantarÃa algo asÃ."
-¿Qué hiciste? -preguntó, deseando haber sido una mosca en la pared.
-Le golpeé su culo borracho y lo deposité en su apartamento. -Su sonrisa se ensanchó-. Me hubiera gustado ver su rostro cuando se despertó.
Las cejas de Kyoko alzaron una muesca, "¿Qué extraño?"
"En lugar de meterlo en su cama... lo metà debajo de él." Sus ojos azules brillaron maliciosamente.
Kyoko se echó a reÃr y negó con la cabeza. -Usted no tiene precio, Amni.
Amni sonrió, "Ahora no vayas diciendo a todo el mundo que... podrÃan pensar que soy un buen tipo." Su rostro se suavizó sabiendo que él la habÃa hecho feliz. -Supongo que será mejor que vaya a la planta baja antes de que el lugar se vuelva demasiado salvaje sin mÃ.
"Eres un chico agradable", le informó Kyoko. Te veré abajo en poco tiempo.
CapÃtulo 3 "El hambre"
Hyakuhei estaba de pie frente a The Underground. Normalmente se mantenÃa alejado de esta zona de la ciudad porque estaba muy infestado de mestizos. También estaba más cerca de la guarida subterránea de su hermano, lo que le hacÃa preguntarse quién habÃa nombrado a la pequeña discoteca abarrotada. No era un buen lugar para la chica.
Ãl desapareció y reapareció dentro de sus paredes, tomando un asiento en el rincón más oscuro.
Amni seguÃa sonriendo cuando abrió la puerta y entró en el club sólo para detenerse en seco. Algo no estaba bien. Su cabeza se rompió a un lado y sus ojos se abrieron. Tadamichi? Apartando la mirada, se alejó tras el bar, completamente alterado.
¿Por qué estaba el Maestro aquÃ... en su bar?
*****
Kyoko se quedó mirándose en el espejo preguntándose qué borracho tendrÃa que tener antes de que pudiera hacerlo. Ella se pelusa el pelo y empezó a cambiar, pero no... decidir lo que llevaba se espera que haga el truco. Sólo tendrÃa que detenerse de golpear a quienquiera que se le acercara por una vez.
Ella asintió con la cabeza en su reflejo, dándose la charla de su vida. "Ok Kyoko... puedes hacer esto. Piensa en todos los vampiros en los que podrás escabullirse si no sienten que viene tu virginidad. "Ella puso los ojos en blanco ante la extrañeza de esa conversación. "Alcohol... eso es lo que necesito."
En cuestión de minutos estaba sentada en el bar pensando en lo que habÃa dicho el abuelo. Miró a Amni mientras trabajaba para mezclar todas las extrañas solicitudes de bebida. Ella frunció el ceño, preguntándose por qué parecÃa tan nervioso. Inclinó la cabeza un poco mientras lo veÃa echar de menos la copa con la que apuntaba con la bola de hielo.
Hyakuhei sintió su presencia en el momento en que entró en la habitación. No tenÃa prisa mientras se recostaba en la silla que la examinaba. La niña parecÃa no prestar atención a nada a su alrededor, lo que le llevaba a creer que no querÃa estar aquà en absoluto... asà que ¿por qué estaba? Ãl la miró en el espejo mientras tomaba un asiento de la pared en el bar, confirmando el hecho de que parecÃa que preferÃa estar sola.
Ãl siguió su lÃnea de visión y se dio cuenta de que era la licitación de bar que mantenÃa su atención... el vampiro rubio que lo habÃa mirado nerviosamente.
Amni miró de nuevo a preguntarse si era su imaginación o no, pero parecÃa que el rincón se habÃa vuelto aún más oscuro. Tratando de fingir que no le molestaba, él, apoyó sus manos contra el bar y le dirigió una sonrisa distraÃda a Kyoko: -¿Quieres una copa?
"SÃ," Kyoko le informó, la determinación en su voz casi haciendo que Amni se cayera. "El té helado de Long Island... más fuerte que usted puede hacerlo." Ella anunció.
Amni vaciló y miró a su alrededor preguntándose si habÃa entrado en la Zona de Crepúsculo para la noche. Primero, el señor vampiro entra y se sienta como si fuera el dueño del lugar, entonces Kyoko pide una bebida alcohólica. ¿Qué... Polar Bears realizando la Suite Cascanueces?
Su mano inconscientemente se acercó a su cuello, recordando la noche en que Tadamichi lo habÃa vuelto hace tanto tiempo. ¿Estaba aquà buscando otra vida? Apartó el pensamiento con fuerza de su mente.
"Kyoko," dijo Amni en voz baja. "No creo que una bebida sea lo que realmente quieres. ¿Por qué no vuelves arriba y duermes un poco? Eso es mejor para el estrés y luego una resaca. Estoy seguro de que todo se verá mejor por la mañana.
Kyoko le habÃa dicho muchas veces que ella era una persona que no bebÃa y que ya habÃa suficientes alarmas para esta noche para que ella cambiara de opinión. En muchos niveles, estaba contento de no haber notado la bomba atómica de todos los vampiros que estaban en la esquina... y le gustarÃa mantenerlo de esa manera.
"No se puede hacer", dijo Kyoko con una mueca. "Tengo un poco de equipaje que necesito deshacerme de esta noche y empezará con esa bebida que me vas a dar".
-De acuerdo, está bien -dijo Amni, ahora que tenÃa toda su atención. "Retraiga las garras y deja de silbarme o no tendrás ninguna."
Kyoko fulminó con la mirada y Amni rió entre dientes. Deseaba poder arreglar lo que le molestara lo suficiente para hacerla beber. Era la única que conocÃa, cuya vida parecÃa tan complicada como la suya. Tratando de animarla, guiñó un ojo y encendió el encanto.
-Bueno, es verdad -dijo mientras se servÃa el ron. "Todo lo que falta es la piel, la cola y las orejas. Ya tienes el temperamento y la actitud.
Kyoko agarró el aire delante de ella juguetonamente con una sonrisa en su rostro. "Tal vez deberÃa ir a destacar en el callejón esta noche maullando de llave y esperando a un novio peludo."