También se sabÃa que la cronoastronave 9 no era muy moderna, como señalaba el número bajo de serie, por lo que no resultaban inverosÃmiles problemas imprevistos, a pesar de los constantes trabajos de manutención.
Como suponÃa Faro, según los oficiales ingenieros de la 22, la nave y sus seres humanos no se habÃan visto afectados por el giro en el tiempo (como lo habÃa llamado Margherita) porque la cápsula habÃa vuelto más allá del espacio-tiempo en torno a 2A Centauri y eso les hacÃa suponer, también como habÃa pensado Valerio, que el desorden temporal no lo habÃa causado la cápsula sino otra crononave que, antes de 2133, habrÃa modificado accidentalmente el futuro a causa de cualquier infortunio.
La comandante habÃa entendido finalmente que si la calamidad se hubiera debido a la cronoastronave 22 en la reentrada en órbita, los más verosÃmil habrÃa sido que todas sus computadoras y los seres humanos que transportaba hubieran cambiado convirtiéndose en parte del mundo nazi.
Ahora se trataba de saber cuántas y cuáles expediciones históricas, seguramente entre las que ya hubieran vuelto antes de que la cápsula 22 hubiera abandonado nuestro mundo, habÃan saltado al pasado durante el breve lapso de tiempo en la Tierra entre la partida y retorno de la nave de Margherita: ¿solo la del profesor Monti y sus equipos con la nave 9 o tal vez alguna más?
También era importante considerar, como habÃa señalado Valerio después de haber reflexionado posteriormente, una posibilidad distinta de la de un solo universo transformado por accidente, la de los universos paralelos: se trataba de una conjetura seria para muchos astrofÃsicos, mantenida durante decenios entre las teorÃas más disparatadas que todavÃa no se habÃan verificado ni siquiera experimentalmente; si esa hipótesis fuera cierta, no habrÃa sido un giro en el tiempo que habrÃa modificado el futuro de la Tierra, sino que la cronoastronave 22 habrÃa saltado en un momento concreto, por un error de maniobra o un problema en el aparato Cronos, a un universo paralelo bastante cercano al de la Tierra, otro cosmos en el que subsistÃa una Tierra alternativa nazi en lugar de nuestro mundo y, en este caso, habrÃa sido cierto lo que habÃa temido Margherita: la causa habrÃa sido la propia nave.
Se habÃa discutido.
Valerio habÃa dicho en un determinado momento: âSupongamos una pluralidad inconmensurable de universos, teniendo cada uno en su origen una sola decisión; por ejemplo, un cosmos deriva de mi resolución de ir a cierto lugar donde me espera un accidente que me mata, mientras que si no voy sigo vivo y no aparece ese universo; bien, como historiador y como filósofo me pregunto si la multiplicidad de universos es solo hipotética y siempre hay realmente solo un único universo originado, poco a poco, por las decisiones verdaderamente tomadas y, en particular, si cada persona vive en muchos de ellos, es decir, que haya un yo para cada posible decisión propia o de otros y para cada acontecimiento influyente y por tanto existe en Tierra y Tierra alternativa y Otra Tierra y asà sucesivamente. ¿Cada uno de estos hechos y decisiones crea un nuevo universo real o no? Con respecto a nosotros, en este mundo nazi, ¿existen nuestros alter egos?â
HabÃa intervenido el antropólogo Jan Kubrich: âA ver si lo he entendido bien, Valerio: por ejemplo, en un caso le cae en la cabeza a un peatón un tiesto y lo mata, esa persona muere y punto y no hay otro universo el que no reciba el golpe y siga vivo y esta segunda posibilidad resulta ser por tanto hipotética; por el contrario, en el otro caso hay dos universos paralelos concretos, donde la maceta cae y no cae respectivamente y la persona en realidad muere en uno y sigue viva en el otro. ¿Es asÃ?â
âSÃ. Ahora os dibujo dos ejemplos gráficos, Jan.â Valerio se habÃa acercado a la computadora más cercana y habÃa dibujado electrónicamente un par de esquemas a su aire, luego habÃa dicho: âRepresentamos con la lÃnea continua las situaciones realmente existentes y con la lÃnea de puntos las que solo son hipotéticas y no se producen y, simplificando al máximo, nos podemos preguntar si serÃa asÃ, como en este esquema A,
o más bien asÃ, como en el siguiente esquema B,
y usando como ejemplo mi caso personal, podemos preguntarnos si solo existe el Valerio Faro que os está hablando, siguiendo la lÃnea continua del esquema A, es decir un yo mismo existente sobre esta Tierra alternativa nazi real y única o hay también otro sobre nuestra Tierra no nazi, por decirlo asÃ, siguiendo el gráfico B, que haya un Valerio Faro que vive al mismo tiempo a lo largo de dos lÃneas continuas paralelas: un yo sobre la Tierra y otro sobre la Tierra alternativa. En el caso de que exista solo en la Tierra alternativa, es decir, si es verdadero el gráfico A, la Tierra que conocÃamos ya no existe, solo puede colocarse idealmente en una de las lÃneas de puntos de ese mismo gráfico A, una lÃnea solo hipotética, que se ha convertido en inexistenteâ.
Entonces habÃa intervenido la comandante: âLos dos Valerio Faro, o las dos Margherita Ferraris y asà cada uno de nosotros, en este momento, podrÃamos sin embargo no estar en dos lÃneas continuas como en el esquema B, sino sobre una lÃnea continua según el gráfico A, es decir, sobre la lÃnea que en el mismo gráfico representa la Tierra nazi; en otras palabras, tú y yo aquà en la cápsula y Valerio y Margherita número 2 allà en el mundo: ambos en la misma Tierra alternativa y por tanto podrÃa haber un doble de cada uno de nosotros en la Tierra alternativaâ.
Ãl habÃa considerado. â... y yo te complico aún más las cosas: podrÃa haberse producido un desdoblamiento de la cápsula con todos sus pasajeros, con lo que podrÃa haber vuelto una nave 22 sobre nuestra Tierra en paralelo a la llegada a la Tierra alternativa de esta nave 22 en la que estamos ahora, más bien esta nave 22 alternativa; en tal caso, los Valerio Faro, por limitarme a mÃ, podrÃan ser, no dos, uno en la Tierra y otro en la Tierra alternativa, sino incluso tres, dos aquà y uno sobre nuestra Tierra. En cambio, si no hay universos paralelos, es decir, si se excluye del todo el esquema B y se acepta como verdad solo el A, existe la posibilidad de que yo sea el único Valerio Faro, Margherita Ferraris la única Margherita Ferraris, etcétera, quedando siempre viva la hipótesis de aquel inoportuno Valerio Faro número 2, de una Margherita Ferraris número 2 y de un alter ego para cada uno de nosotros en algún lugar de ahà abajoâ.
âEs para volverse loco, Valerioâ.
âSÃ, Margherita, pero nos queda el hecho de que es lógico apostar por el caso que nos resulta menos desfavorable, aquel de los caminos históricos imaginarios a los lados de una única vÃa real, como en el esquema A, siguiendo el cual tiene sentido razonar sobre el ser y disponer acciones para cambiar las cosas; en el otro caso, no, porque todo lo posible se ha producido, existe realmente en el tiempo a lo largo de un número incalculable de caminos para innumerables encrucijadasâ.
âDejamos la idea de que tal vez en esta Tierra haya un Valerio alternativo, una Margherita alternativa y asà con todoâ, habÃa dicho la comandante, ây nos concentramos en lo positivo: ¡si estamos ahora sobre la lÃnea continua del gráfico A, donde la Tierra ha convertido por un accidente del pasado en una Tierra nazi alternativa y por tanto no hay universos paralelos, podemos hacer que las cosas vuelvan a ser como antes!â.