Amy Blankenship - El Corazón Del Tiempo стр 9.

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Las esquinas de los labios de Kyoko se doblaron al ver a Shinbe salir de su aspecto aturdido y guiñarle el ojo a ella de nuevo. "Suki, me encantaría ir con ustedes. De esa forma podemos formar equipo en caso de que Shinbe se salga de control".

Ambas le dieron a Shinbe una mirada intensa y él gimió. Kyoko no pudo resistir reírse a carcajadas otra vez. A ella en verdad le agradaban estos dos.

Toya miró a Kyoko con el rabillo del ojo. Maldición, Se veía bonita cuando reía así. Se quejó internamente. ¿De dónde diablos vino eso? Sé desplomó en su silla, molesto con su pensamiento. "¡Maldición!". Ahora él tendría que ir con ellos al club solo para cuidarla. Ella seguía sonriéndole a Shinbe y a Suki cuando se dio la vuelta.

Mientras lo miraba, su pulso se aceleró un poco y su sangre subió de temperatura varios grados. Toya se dio cuenta que ella tenía más poder dentro de sí ahora que se sentía feliz que cuando él la había hecho molestar hace un momento. Él se sintió intranquilo por primera vez en mucho tiempo.

Cuando la risa de Kyoko se detuvo, ella volteó hacia Suki, "Oye, ni siquiera estoy segura de a cuáles clases debo ir el lunes o a dónde ir para saberlo. ¿Sabes dónde puedo averiguarlo?"

Antes de que Suki contestara, Toya contestó la pregunta mirándola de cerca. "A todos los estudiantes becados se les enseña los mismo. Entonces tú, Suki, y Shinbe, junto con los demás, estarán en las mismas clases. La única clase separada será cuando tu estés con el dueño". Su voz se tornaba perezosa a medida que se recostaba en su silla.

Kyoko frunció el ceño, "¿Qué clase enseña el dueño?"

Shinbe contestó en esta oportunidad, los ojos amatistas de él se iluminaron con intriga, "Para todos nosotros es diferente. Por eso es que nos enseña por separado. Él nos ayuda con nuestras habilidades especiales". Él se inclinó hacia atrás pensativo, luego añadió con una sonrisa, "Tú, supongo, estarías fortaleciendo tus poderes de sacerdotisa".

La furia de Kyoko volvió, preguntándose cómo demonios el dueño sabía que ella era una sacerdotisa. La beca no decía nada al respecto. Ella se había ido los últimos dos años, tratando de enterrar los mismos poderes por los cuáles el dueño le había concedido la beca. Ella quería llegar al fondo de esto tan pronto como fuese posible.

Mirando a su plato, Kyoko dijo con tensión en su voz, "Tal vez esto es un error. ¿Hay alguna forma de que yo pueda hablar con el dueño de la academia ahora?

Toya entrecerró los ojos. Kyou le había dicho que ella probablemente pediría verlo, y aunque Kyou nunca quería ver a nadie fuera de clase, él le había dicho a Toya que la trajera directamente a él si ella tenía alguna pregunta.

"¿Qué pasa?, ¿Estas asustada?” Él se burló y se recompensó al ver que los ojos de ella se estrechaban de rabia al mirarlo. Así que, esta chica pensó que podía manejarlo. Pues, sería divertido observarla, hacerle esa mirada a Kyou. Él podía ver el miedo que ella instantáneamente podía transmitir a alguien sin decir una palabra.

"Bien, te llevaré a verlo tan pronto estés lista", Toya la retó preguntándose si ella mordería el cebo.

Kyoko perdió parte de su rabia al escuchar esto. Empujando su plato hacia un lado, asintió con la cabeza, feliz de llamar a su farol, "Listo cuando tú lo estés". Ella alzó una ceja al mirarlo.

"'¿Cuál es la prisa?" Toya se puso de pie con una sonrisa. "Puede que quieras disminuir ese temperamento tuyo porque él lo notará", le dijo burlándose de ella, y pensando que no tenía ni idea en qué se estaba metiendo.

Kyoko entrecerró los ojos al mirarlo, luego se puso de pie, mirando a Suki y a Shinbe. "Hablaré contigo cuando ya haya terminado, si vienes a buscarme estaré en mi habitación esperando y podremos hacer planes para esta noche". Ella le guiñó el ojo a Suki, luego volvió a ver a Toya y añadió con una voz apática. "Eso es si me decido quedar".

Él se alejó de ella molesto y ella lo veía irse, luego se despidió de los otros mirando por encima de su hombro mientras ella lo seguía. Ella rápidamente notó cómo los otros estudiantes salían del camino de Toya apresuradamente y preguntándose acerca de eso. ¿Quién era él? ¿El buscapleitos de la escuela?"

Kyoko no le iba a dar la satisfacción de correr para ir a su lado, entonces se tomó su tiempo caminando, a propósito para quedarse atrás. Todavía un poco molesta con él se intentó sonrojar cuando sus ojos se desviaron hacia el trasero de Toya. Mirando su cepillo de pelo en el bolsillo de su pantalón, y la firme redondez que yacía debajo, lo cual la irritó más. Exasperante y lindo, solo era una horrible combinación.

Mentalmente sacudiendo su cabeza, ella continuó siguiéndolo, maldiciendo sus errantes ojos. "Hay que ser una completa idiota para pensar que alguien que no puedes soportar es lindo", murmuró. "Molesto, hostil y arrogante tal vez, pero nunca lindo", sonrió, ya sintiéndose mejor.

Una extraña sensación de alerta se deslizó por su espina, sus ojos se dispararon por encima de ella y se engancharon a unos ojos oscuros que estaban penetrando los suyos. El hombre estaba apoyado contra la pared al término superior de las escaleras, mirándola. Él tenía ondulaciones de ébano en el cabello cayendo por su espalda y sobre sus hombros, y sus ojos de medianoche eran intensos. Él era muy atractivo pero ella se sintió amenazada.

Ella miró hacia otro lado. 'Kyoko debes controlarte. Deja de analizar a todo el que ves', se dijo a sí misma con severidad incluso mientras intentaba levantar sus ojos esmeralda hacia él.

"Ahí está la chica más bonita del campus", Kyoko sintió un fuerte brazo alrededor de sus hombros y volteó a ver, recordando la voz del hombre que le había mostrado su cuarto más temprano esa mañana. Ella sintió que las puntas de sus cabellos le hacían cosquillas a su cara como si una brisa de la nada acariciara sus mejillas.

Ella le mostró una sonrisa cálida pero al mismo tiempo, se hundió y se encogió alejándose de su brazo. "Kotaro, me alegra verte de nuevo. Gracias por tu ayuda esta mañana", dijo Kyoko nerviosa, deseando que él no actuara tan amistoso con ella. Ella pensaba que él era agradable, pero ella nunca dijo que él podía poner su brazo alrededor de ella.

Kotaro no se afectó al tomar su mano, "¿Hay algún otro lugar a dónde puedo escoltarte, Kyoko?" Él miro profundamente sus ojos color esmeralda sabiendo que los había visto antes en algún lado. Y tenía una vaga sensación de que una vez se había ahogado feliz en ellos.

Kyoko miró hacia las escaleras para ver a Toya que se había detenido y dado la vuelta, luciendo molesto otra vez. Ella pudo haber jurado que lo había acabado de escuchar murmurarle a ella o a Kotaro, no estaba segura a cuál.

Toya no sabía qué planeaba Kotaro, pero a él no le gustaba el hecho de que él actuara tan amistoso con Kyoko. Un profundo gruñido vino de su pecho mientras le daba una advertencia "Puedo manejarlo Kotaro a menos que quisieras llevarla a ver a Kyou". Él le dio a Kotaro una mirada intensa, sabiendo que Kotaro no se acercaba a Kyou a menos que fuera para una clase o que haya sido citado.

Kotaro le soltó la mano a Kyoko, "Espero que todo esté bien, Kyoko". Él miró mal a Toya, luego volteó hacia ella, "Asegúrate de tener cuidado con alguna quemadura helada. Si se sale de control, me encargaré de él por ti". Kotaro miró a Toya de una manera arrogante, luego asintió su cabeza a Kyoko y se volteó para bajar las escaleras.

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