Kyou casi gruñÃa en esa conjetura de Toya. Hubo momentos en que la percepción del chico era asombrosa.
"No pongas a prueba mi paciencia Toya. Con Cristal o no, no toleraré tus acusaciones o delirios de grandeza en los que se refiere la sacerdotisa. Has sido designado para protegerla, no me importa si te gusta. Tu paciencia estará vigilada y te abstendrás de hacer cualquier avance sobre su persona. ¿Está claro?" Sus ojos eran ahora letales, a medida que se enfocaban en su hermano menor.
Se podÃa percibir desconcierto en las palabras de Kyou, y Toya podrÃa decir que la conversación estaba terminada, por ahora al menos. Se levantó y salió de la habitación sin una mirada hacia atrás u otra palabra. Una vez fuera del apartamento de su hermano se detuvo frente a la puerta de Kyoko. Ãl podÃa sentirla dentro de los confines de las habitaciones delante de él.
Levantó la mano para golpear la puerta, queriendo estar con ella, pero sabÃa que no tenÃa una razón en este momento. Metió su mano en lo profundo de su bolsillo y se regresó para continuar por el pasillo.
Si alguien más hubiera estado en la sala, habrÃan visto un brillante contorno de alas plateadas al aparecer a través de la espalda de Toya antes de desaparecer desapercibido por el que ahora se conocÃa como el guardián de ojos plateados.
CapÃtulo 5 "Una advertencia gruñona"
Kyoko agarró una banda de goma del aparador y agarró algunos de sus cabellos rebeldes castaños de nuevo en una cola de caballo, dejando su espalda un poco descubierta como una tenue senda y a su vez larga que recorriera libre por su espalda. Ella se inclinó cerca para colocarse un toque de rubor y luego se puso de pie, se dirigió al espejo de cuerpo entero, y se dio la vuelta examinándose a sà misma. Suki le habÃa hablado de llevar algo de su ropa y Kyoko se sentÃa diferente.
La mini falda negra salió a relucir cuando se dio la vuelta, mostrando las piernas torneadas debido a todos esos entrenamientos a los que ella se sometÃa. La camisa rosa apretada tenÃa un encaje negro a lo largo de la espalda, y en el frente una forma de encaje negro en 'V' que llegaba casi a sus pechos. Kyoko sacudió su cabeza al exponer ese escote.
Le hizo preguntarse si Suki no era la que iba tras de Shinbe tanto en si como la perseguÃa a ella. Recogiendo sus aretes cruzados, se preguntó por qué habÃa accedido a parecerse a un muchacho salvaje. Ella se sorprendió de sus pensamientos cuando alguien golpeó tÃmidamente en su puerta.
Abriendo la puerta mientras todavÃa sujetaba su pendiente, Kyoko sonrió, sintiéndose mejor viendo que Suki estaba vestida más provocativa de lo que era. "Oh Suki, vas a dejarlos con la boca abierta esta noche", dijo mientras miraba a su amiga de arriba a abajo.
Suki llevaba pantalones de cuero apretados y una tapa azul con mangas largas, mostrando su figura. Kyoko asintió con la cabeza, pensando cuántas veces Shinbe serÃa abofeteado esta noche.
"Sólo estás pidiendo que Shinbe actué ¿no es as�", arqueándole una ceja a su amiga con una sonrisa, brillando en sus ojos esmeraldas.
Suki estaba buscando a Kyoko más de la cuenta, asintiendo con la cabeza en afirmación, "SÃ, tengo la sensación de que esta noche podrÃa ser la última diversión por un tiempo. "Capté el rumor de Shinbe que a partir del lunes Ãbamos a tener que empezar a entrenar más duro que nunca". Sus ojos se iluminaron, "Pero por esta noche, vamos a dar rienda suelta a todo. Te va a encantar este lugar al que vamos a ir. Es enorme y la banda esta noche va a rockear".
Suki miró alrededor de las habitaciones de Kyoko, sus ojos se sorprendieron. "¡Wow Nunca he estado aquÃ!", su mirada se dirigió de vuelta a la de Kyoko. "A nadie se le permitió estar aquà excepto a Toya. ¿Te das cuenta de que sólo él, tú y Kyou están en este piso?" Estaba tan nerviosa por venir a este piso que le habÃa pedido permiso a Toya antes de subir a la habitación de Kyoko.
Kyoko sabÃa que Kyou querÃa tenerla donde él y Toya la vigilaran mejor. Recordando todo lo que dijo, sabÃa que estaba en lo cierto sobre Suki y de ser amigos en el pasado, porque por alguna razón se sentÃa como que a ella la habÃa conocido desde hace mucho tiempo.
Ella dio un trago repentino en su garganta, "Tal vez todas las otras habitaciones fueron ocupadas, no sé". Se dirigió a la puerta, "Pero sé que quiero divertirme esta noche porque tienes razón, es probablemente la última diversión en mucho tiempo".
Su mano en el perno de la puerta se congeló y ella frunció el ceño, 'alguien estaba allÃ' Ella sintió un escalofrÃo arrastrarse por su espalda al saberlo.
Kyoko lentamente abrió la puerta y miró hacia el pasillo. Al no ver a nadie, ella se abrió paso y Suki la siguió. Se volvió y cerró la puerta detrás de ella, y luego rápidamente giró alrededor para mirar a Suki cuando oyó un "grito" sorprendida, proveniente de su amigo. AllÃ, de pie en su puerta estaba Kyou mirándola y no se veÃa complacido.
Kyou le dio una mirada a Kyoko y sintió que su ira se elevaba. Volteó su mirada para ver a Suki, con una molestia muy evidente en su rostro.
"Déjanos", exigió con una voz peligrosamente frÃa.
Suki le dio a Kyoko una mirada perpleja, pero rápidamente hizo lo que le dijo, ya entendida de ello sin vacilar. Ella por una vez no querÃa estar en contra de Kyou, y además, aquel hombre le daba escalofrÃos. Ella habÃa sido consciente desde su primer encuentro con él que era un inmortal muy poderoso y uno al cual no hay que enfrentarse. Ella se alegró de que estuviera de su lado y no fuese un enemigo.
Kyoko cruzó sus brazos delante de ella, decepcionada al ver a Suki perderse rápido de su vista. Ahora ella se volvió para encontrarse a sà misma bajo la atención de Kyou, y en ese momento él no parecÃa feliz. Ella alzó una ceja al mirarlo, solo esperando. Cuando solo permaneció allà abriéndose espacio en sus ojos dorados enojados, sintió que su temperamento empezó a ascender. "Maldito sea él y su mirada penetrante".
"¿Qué he hecho?", se preguntó finalmente, renunciando a esperarlo para decirle a ella.
Kyou habÃa estado molesto cuando habÃa sentido la presencia de Suki en el lugar. Luego, cuando los vio salir de su habitación vestida asÃ, él sabÃa que no era prudente dejar que Kyoko se fuera. No sólo estaba en peligro por el enemigo, también estarÃa en peligro de cualquier guardián, demonio o humano queriendo aparearse con ella. Kyou se enfureció en el mero pensamiento,
"Nadie va a venir a este lugar sin mi permiso, excepto tú y Toya, ¿Entendido?" su voz sonaba como si la estuviera regañando.
Kyoko se erizó pero rápidamente recordó que este es su edificio, asà que son sus reglas. "Lo siento. Yo no sabÃa", ella le dijo honestamente. Sintiendo su propia ira disminuyendo, ella tronó sus dedos delante de ella. Estaba empezando a inquietarse porque realmente no parecÃa más feliz ahora que ella se habÃa disculpado.
Kyou dio un paso más cerca de Kyoko. Mirándola fijamente, se encontró con que casi podÃa ver debajo de su camisa. "No me dijeron que tenÃan planes esta noche", sintió que su estado de ánimo se oscurecÃa en sus palabras y sus ojos resaltaban un poco más brillante, pero no le importaba. Si iba a protegerla, tenÃa que saber lo que estaba haciendo. SabÃa cómo actuaban las chicas en el colegio, pero podÃa percibir que Kyoko aún estaba apartada, diferente de las otras, inocente.