Niki arquea una ceja.
Hemos hablado de tener hijos, pero no de boda.
¿Por qué?
¿Y yo qué sé? Ha surgido así. Ya sabes, dices algo mientras conversas ¡Nos gustaría tener cuatro, dos chicos y dos chicas!
¡Caray! Estáis locos
Erica rompe a reír.
Cuatro Me parece una locura. Yo me olvidaría hasta de los nombres. ¡La cena se enfriaría mientras los llamo para que se sienten a la mesa!
Perdonad, pero si uno sueña, vale más hacerlo a lo grande, ¿no?
Siempre hay tiempo para hacer reajustes. En cualquier caso, en cuanto tenga noticias al respecto os lo comunicaré. Ah, a propósito: hoy, en la universidad, he conocido a uno que no está nada mal
¡Niki!
Bueno, en realidad no lo he conocido porque le he dicho que este año me habían presentado ya a demasiada gente.
¡Ja, ja! ¡Ésa sí que es buena! ¡Eres un genio, Niki!
De eso nada, la frase la he robado de Charada, esa bonita película de Audrey Hepburn y Cary Grant.
¡Lástima, creía que era tuya!
Es cierto; ahora que lo pienso, podría hacerla pasar por mía.
¡Nada te lo impide!
Te equivocas -Diletta sonríe-. Quizá todo el mundo conozca esa película o se acuerde de esa frase.
Él, sin embargo, no la recordaba.
Olly se pone seria.
Pero bueno, Niki, ¿estás poniendo en peligro tu relación con Alex y el feliz proyecto de tener cuatro hijos por un tipo a quien ni siquiera has querido conocer?
¿Estáis locas? Mi intención era proponerlo para vosotras. Si a ti, Olly, te molesta sentir celos de Giampi; si tú, Diletta, quieres, justamente, experimentar algo fuera de tu «amor absoluto», y si, sobre todo tú, Erica, como de costumbre, después de una semana
¡Dos!
Está bien, si después de dos semanas, rompes con el dentista recién llegado ¡Bueno, pues ahora tenéis a un hombre de recambio!
Ya Algunos tienen una rueda, ¡y nosotras tenemos un hombre de repuesto!
Os advierto que no está nada mal.
¡Ves cómo te gusta!
¡Lo digo por vosotras!
Sí, sí, claro -y siguen riéndose y bromeando, bebiendo el delicioso batido que acaba de prepararles Erica, mirándose a los ojos, sin sombras o dudas.
No obstante, ¿sabéis lo que os digo? Que lo he pensado mejor.
No habéis sabido apreciar mi gesto, ¡así que no os prestaré a mi hombrecito de repuesto! ¡Me gusta demasiado!
Y las Olas se tiran a la vez sobre el sofá.
Socorro Estáis locas Bromeaba
¡No, no, tú estás hablando en serio!
Hay frases que se dicen a la ligera, pese a que son más ciertas de lo que parece. Las Olas siguen jugando, se empujan, se arrojan cojines, se placan como en el rugby, se beben el batido antes de que se desparrame por todas partes, sobre la ropa y el sofá. Amigas. Desde siempre. Como siempre. La amistad es un hilo sutil e indestructible que atraviesa la vida y todos sus cambios.
Trece
Alex y Flavio salen de casa de Enrico. Flavio se ha cambiado, viste de nuevo un par de vaqueros y se está poniendo bien el suéter.
Pobre Enrico Lo siento mucho por él. Todavía recuerdo su boda; era el hombre más feliz del mundo. ¿Cuánto tiempo hace que se casó?
Seis años. Ni siquiera ha llegado a la crisis del séptimo, pero aun así ha durado demasiado. Hay algunos que resisten un año, seis meses Por no hablar de la gente del mundo del espectáculo. ¿Recuerdas esa historia de hace algunos años? Esa actriz, ¿cómo se llamaba? Ah, sí, Claudia Pandolfi. Pues bien, los superó a todos: se casó y se separó a los setenta y cinco días
Sí, pero te olvidas del mito de Paul Newman, que siempre estuvo casado con la misma mujer, y ambos vivieron felices y enamorados. Es suya la famosa frase que dice: «¿Por qué debería comer una hamburguesa en cualquier sitio cuando en casa me espera un sano y delicioso filete?».
Explícaselo a Pietro ¡Ése se contenta incluso con un perrito caliente frío con tal de comer fuera de casa!
Flavio se detiene en el patio y abre la bolsa de deporte.
¿Qué haces?
Nada -Coge la camiseta y el albornoz, abre la bomba del agua y moja las prendas.
Pero si están limpios
Precisamente, a ver quién le explica a Cristina por qué no hemos jugado
Chicos, sois unos paranoicos
La prudencia nunca está de más Y ya sabes que incluso el más limpio
¿Qué quieres decir?
Que nuestras respectivas esposas jamás se creerán que no hemos ido a jugar para consolar a Enrico ¡De manera que es mejor que hayamos jugado!
Alex se encamina hacia el coche. -Me he quedado de piedra.
Flavio se acerca a él sin perder un segundo.
En ese caso, ¿puedo decirte algo, Alex? Te lo digo por experiencia: ellas no deben tener jamás la menor sombra de duda; de lo contrario, será el fin. Tienes que demostrar seguridad.
¿Incluso cuando ya estás casado?
¡Por supuesto! ¡Sobre todo entonces! ¿Te das cuenta de cómo lo has dicho? Incluso cuando ya estás casado ¡Pero es que todo empieza ahí!
No, escucha, lo que quería decir es que si has llegado a tomar la decisión de casarte con ella es porque has encontrado a la mujer adecuada, ella era la que buscabas. Ya no puede haber tensión entre vosotros, sino sólo armonía, complicidad, confianza En fin, como un equipo ganador. ¡Y debería ser siempre así!
¡Eso es, has dicho la frase justa! -Flavio entra en su coche-. Debería ser así Pero ¿lo es? Antes te ha llamado Niki y su móvil funcionaba. Pero ¿ahora? ¿Funcionará o lo tendrá apagado? ¿Tienes confianza en ella? ¿Estará de verdad en casa de sus amigas? ¿Y con ellas? O haces como yo, que jamás he tenido la menor duda sobre Cristina, vivo sin sentir celos y hasta creo que ella aprecia mi confianza ilimitada, o dentro de diez minutos haces una prueba y llamas a Niki. Y no sólo para oír su voz. Eso sólo puedes saberlo tú. -Flavio sonríe ampliamente y cierra la puerta. Pone en marcha el coche y baja la ventanilla-. Sólo tú. Tú y nadie más. Confianza o celos, ¡ése es el dilema! -y se aleja dejándolo así, solo, en medio de la calle.
Alex no ve la hora de que Flavio doble la esquina. Saca de inmediato el móvil de su bolsillo y teclea el número. Permanece por un instante en silencio, conteniendo el aliento y también los latidos de su corazón, porque teme que el teléfono de Niki esté apagado.
por fin oye la señal. «Tuuu Tuuu» Alex sonríe. Está libre. Encendido. ¿Y ahora? Ahora contestará, ¿verdad?
Catorce
Niki sigue en casa de Olly, riéndose y bromeando con sus amigas.
¡Parad, antes me habéis tirado el batido por encima! ¡Ay, vamos!
¡Pero si no es nada, está frío, así que te hará bien en las piernas!
¡De eso nada, me las mancha!
¿Y quién te va a ver? Sólo Alex, ¿me equivoco?
No lo sé
¿Ah, no? -y se abalanzan de nuevo sobre ella y empiezan a hacerle cosquillas.
No, os lo ruego, cosquillas no, no me encuentro bien. He comido. Socorro, ¡basta o vomitaré encima de vosotras! Os juro que lo haré
¡En ese caso, dinos de inmediato el nombre de ese tío tan bueno que has conocido!
Niki se ríe y forcejea bajo sus manos, que siguen haciéndole cosquillas.
Socorro, ay, basta, os juro que no me acuerdo
Luego consigue escabullirse por debajo, resbala del sofá y escapa hasta que se detiene junto a su bolso.
Justo en ese momento oye el móvil, que había puesto en modo de vibración. Es Alex, que prueba a llamarla. Una, dos, tres llamadas. Niki busca el teléfono en el bolso, lo encuentra y responde en el último momento.
¡Por fin! Pero ¿qué sucede? ¿Por qué no contestabas? -Es obvio que Alex está agitado.
Niki mira a sus amigas por un instante y se le ocurre una idea.
Ah, hola ¿Cómo estás? ¡Qué sorpresa! -Acto seguido tapa el micrófono con la mano y se dirige a sus amigas-: Es él, es él. ¡No me lo puedo creer! -salta en el sitio con una alegría incontenible.
Nosotras tampoco -susurra Olly acercándose a ella.
Todas la rodean de inmediato, se pegan a ella aproximando la oreja al móvil para escuchar la voz y, sobre todo, lo que dirá el nuevo.
Alex mira boquiabierto el teléfono.
¡Qué sorpresa ni que ocho cuartos! ¡Pero si acabamos de hablar!
Niki entiende que sus amigas están a punto de reconocerlo y se aparta de repente del grupo.
Bueno, pero para mí es una sorpresa oírte de nuevo ¿Sabes que hoy estás encantador?
¿Hoy? ¿Y cuándo nos hemos visto? Pero si cuando me despedí de ti todavía iba en pijama
Por eso mismo, estabas perfecto así, con ese pijama
Alex cada vez entiende menos lo que está ocurriendo.
¿Qué te pasa, Niki? ¿Has bebido? -Un instante después, Niki ya no puede mantenerse alejada de las Olas, que al final logran inmovilizarla. Trata de no soltar el móvil, lo cubre con la mano-. No, vamos, quietas, es mío, es mío
Alex oye todo el revuelo.
¿Qué es tuyo? ¿Niki?
Olly le arrebata el Nokia mientras Alex intenta entender algo.
¿Hola? ¿Hola? ¿Niki? Pero ¿qué pasa?
Olly escucha por el móvil.
No, quieta, devuélvemelo ¡Devuélvemelo! -Niki forcejea mientras Erica y Diletta la sujetan, tratando de recuperar el móvil.
Pero Olly lo ha reconocido ya.
¡Hola, Alex!
¿Quién es? ¿Olly?
¡Claro! Soy yo ¿Cómo estás?
De maravilla, pero ¿se puede saber qué le pasa a Niki?
Olly mira a la prisionera de las Olas.
Ha tenido que ir corriendo al baño. Hacía ya una hora que se
estaba haciendo pipí Hemos bebido unos batidos, tisanas, ya sabes cómo son esas cosas Ah, aquí está, ya ha vuelto, te la paso.
Las Olas la liberan.
¿Hola?
Alex sigue patidifuso en medio de la calle.
Niki, pero ¿qué pasa? ¿Qué sucede?
Te lo acaba de decir Olly, ¿no? Tenía que hacer pipí, ¡no podía aguantarme más!
Perdona, pero ¿no podías llevarme al cuarto de baño contigo?
¿A hacer pipí? ¿Mientras hablamos por el móvil? ¡Guarro! Con el mío también pueden hacerse videollamadas, ya lo sabes Querías espiarme, ¿eh?
¿Yo? Estáis locas. Bueno, me voy a casa. ¿Hablamos luego?
De acuerdo, cuando llegue a casa te llamo. -Niki cuelga.
Erica la mira sorprendida.
Eh, pero ¿cuántas veces habláis por teléfono al día?
Muchas Muchísimas, cada vez que nos apetece.
Peor que Giò y yo.
¡Sólo espero que a nosotros nos vaya mejor! ¡Sin ánimo de ofender, ¿eh?!
Estaba segura de que no era ese tipo.
Olly se encoge de hombros, divertida.
Y yo también.
Pero ¿qué estáis diciendo? El hecho de que quisieseis oír su voz demuestra que no lo teníais tan claro. Sois unas mentirosas
Diletta se sienta en el sofá.
Yo estaba convencida de que era Alex.
¿Por qué?
No sé, era una sensación Tú no serías capaz de dejarlo de buenas a primeras y empezar a salir con otro.
Niki se hace de rogar.
¿Cómo puedes estar tan segura? La gente cambia, vosotras mismas lo habéis dicho. Además, nunca se sabe. ¡Claro que tú también, Olly, podrías haberte inventado algo mejor, no hay quien se trague la historia de las ganas irreprimibles de orinar!
Pero él se lo ha creído
Digamos que ha preferido creérselo
¡Erica!
Tengo la impresión de que a veces los hombres saben de sobra lo que pasa y disimulan, no quieren aceptar la realidad. Mirad si no lo de Giò: piensa que cuando rompimos yo tuve una historia, pero lo cierto es que jamás he salido con nadie.
Imagínate si supiese la verdad.
¡No se lo creería!
Sí Estoy de acuerdo
Creo que lo dejarías tan destrozado que optaría por pasarse a la acera de enfrente.
¡Olly!
¡Claro que sí! Si un hombre descubre que su mujer ha cambiado hasta ese punto, a buen seguro empezará a rechazar de plano al sexo femenino en general. Además, yo no tengo nada contra los homosexuales, al contrario
¿Qué quieres decir?
¡Esta noche os he invitado para celebrar algo! ¡Me han aceptado para hacer unas prácticas con un diseñador! ¡Y ésos son todos homosexuales!
¡Genial!
¿Que sean homosexuales?
No, ¡las prácticas!
Sí, estoy muy feliz.
¡Fantástico! Felicidades
Olly se precipita a la cocina, coge una tarta blanca y rosa llena de copos de azúcar, con las siguientes palabras escritas encima con signos de exclamación: «En prácticas ¡Sin riesgos!», y la coloca en el centro de la mesa de la sala.
Todas se acercan.
¿Qué significa?
Que no correré la suerte de la Lewinsky ¡Ya te lo he dicho! ¡Mi jefe es marica!
¡Eres demasiado, Olly!
¡Soy demasiado feliz! Al menos ganaré un poco de dinero y no dependeré exclusivamente de mi madre
¡Pero si esta casa se la debes sobre todo a ella!
¡Claro! A ver quién podría permitírsela, si no
Míranos a nosotras, vivimos en casa de nuestros padres, seremos unas niñatas el resto de nuestras vidas
No, hay una forma de evitarlo -Olly pasa el primer trozo de tarta. Erica lo coge.
Sí, claro, que nos adopte tu madre y que nos financie.
Siempre podéis casaros.
¡Qué triste!
¿Casarse?
Niki se apodera del segundo pedazo.
No, quiero decir hacerlo con la única intención de salir de casa
No sabes cuánta gente lo hace sólo por eso -A Diletta le corresponde el último.
De acuerdo, pero debe seguir siendo un sueño Si se convierte en un mero trámite, ¿qué gracia tiene?
Sí, tienes razón.
Y esta vez todas están de acuerdo, al menos en eso. Y se comen la tarta hecha con nata y cubierta de unos ligeros copos rosas de azúcar risueñas, pensativas y en silencio, exclamando de vez en cuando «Mmm ¡Qué rica!»
Sí Otro kilo más Todo aquí