Гарсиа Лорка Федерико - Кровавая свадьба. Йерма. Дом Бернарды Альбы. Трилогия. Книга для чтения на испанском языке стр 2.

Шрифт
Фон

MADRE. No le diré nada.

VECINA (besándola). Nada.

MADRE (serena). ¡Las cosas!

VECINA. Me voy, que pronto llegará mi gente del campo.

MADRE. ¿Has visto qué día de calor?

VECINA. Iban negros los chiquillos que llevan el agua a los segadores. Adiós, mujer.

MADRE. Adiós. (Se dirige a la puerta de la izquierda. En medio del camino se detiene y lentamente se santigua.)

(Telón.)

CUADRO SEGUNDO

Habitación pintada de rosa, con cobres y ramos de flores populares. En el centro, una mesa con mantel. Es la mañana.

SUEGRA de LEONARDO con un niño en brazos. Lo mece. La MUJER, en la otra esquina, hace punto de media.

SUEGRA.

MUJER (bajo).

SUEGRA.

MUJER.

SUEGRA.

MUJER.

SUEGRA.

MUJER.

SUEGRA.

MUJER.

SUEGRA.

MUJER.

SUEGRA.

MUJER.

SUEGRA.

MUJER (mirando).

SUEGRA.

MUJER (bajito).

SUEGRA (levantándose y muy bajito).

(Entran al niño. Entra LEONARDO.)

LEONARDO. ¿Y el niño?

MUJER. Se durmió.

LEONARDO. Ayer no estuvo bien. Lloró por la noche.

MUJER (alegre). Hoy está como una dalia. ¿Y tú? ¿Fuiste a casa del herrador?

LEONARDO. De allí vengo. ¿Querrás creer? Llevo más de dos meses poniendo herraduras nuevas al caballo y siempre se le caen. Por lo visto se las arranca con las piedras.

MUJER. ¿Y no será que lo usas mucho?

LEONARDO. No. Casi no lo utilizo.

MUJER. Ayer me dijeron las vecinas que te habían visto al límite de los llanos.

LEONARDO. ¿Quién lo dijo?

MUJER. Las mujeres que cogen las alcaparras. Por cierto que me sorprendió. ¿Eras tú?

LEONARDO. No. ¿Qué iba a hacer yo allí, en aquel secano?

MUJER. Eso dije. Pero el caballo estaba reventado de sudar.

LEONARDO. ¿Lo viste tú?

MUJER. No. Mi madre.

LEONARDO. ¿Está con el niño?

MUJER. Sí. ¿Quieres un refresco de limón?

LEONARDO. Con el agua bien fría.

MUJER. ¡Cómo no viniste a comer!

LEONARDO. Estuve con los medidores del trigo. Siempre entretienen.

MUJER (haciendo el refresco y muy tierna). ¿Y lo pagan a buen precio?

LEONARDO. El justo.

MUJER. Me hace falta un vestido y al niño una gorra con lazos.

LEONARDO (levantándose). Voy a verlo.

MUJER. Ten cuidado, que está dormido.

SUEGRA (saliendo). Pero ¿quién da esas carreras al caballo? Está abajo tendido, con los ojos desorbitados como si llegara del fin del mundo.

LEONARDO (agrio). Yo.

SUEGRA. Perdona; tuyo es.

MUJER (tímida). Estuvo con los medidores del trigo.

SUEGRA. Por mí, que reviente. (Se sienta.)

(Pausa.)

MUJER. El refresco. ¿Está frío?

LEONARDO. Sí.

MUJER. ¿Sabes que piden a mi prima?

LEONARDO. ¿Cuándo?

MUJER. Mañana. La boda será dentro de un mes. Espero que vendrán a invitarnos.

LEONARDO (serio). No sé.

SUEGRA. La madre de él creo que no estaba muy satisfecha con el casamiento.

LEONARDO. Y quizá tenga razón. Ella es de cuidado.

MUJER. No me gusta que penséis mal de una buena muchacha.

SUEGRA. Pero cuando dice eso es porque la conoce. ¿No ves que fue tres años novia suya? (Con intención.)

LEONARDO. Pero la dejé. (A su MUJER.) ¿Vas a llorar ahora? ¡Quita! (Le aparta bruscamente las manos de la cara.) Vamos a ver al niño.

(Entran abrazados.)

(Aparece la MUCHACHA, alegre. Entra corriendo.)

MUCHACHA. Señora.

SUEGRA. ¿Qué pasa?

MUCHACHA. Llegó el novio a la tienda y ha comprado todo lo mejor que había.

SUEGRA. ¿Vino solo?

MUCHACHA. No, con su madre. Seria, alta. (La imita.) Pero ¡qué lujo!

SUEGRA. Ellos tienen dinero.

MUCHACHA. ¡Y compraron unas medias caladas! ¡Ay, qué medias! ¡El sueño de las mujeres en medias! Mire usted: una golondrina aquí (Señala al tobillo.), un barco aquí (Señala la pantorrilla.), y aquí una rosa (Señala al muslo.).

SUEGRA. ¡Niña!

MUCHACHA. ¡Una rosa con las semillas y el tallo! ¡Ay! ¡Todo en seda!

SUEGRA. Se van a juntar dos buenos capitales.

(Aparecen LEONARDO y su MUJER.)

MUCHACHA. Vengo a deciros lo que están comprando.

LEONARDO (fuerte). No nos importa.

MUJER. Déjala.

SUEGRA. Leonardo, no es para tanto.

MUCHACHA. Usted dispense. (Se va llorando.)

SUEGRA. ¿Qué necesidad tienes de ponerte a mal con las gentes?

LEONARDO. No le he preguntado su opinión. (Se sienta.)

SUEGRA. Está bien.

(Pausa.)

MUJER (a LEONARDO). ¿Qué te pasa? ¿Qué idea te bulle por dentro de la cabeza? No me dejes así, sin saber nada

LEONARDO. Quita.

MUJER. No. Quiero que me mires y me lo digas.

LEONARDO. Déjame. (Se levanta.)

MUJER. ¿Adónde vas, hijo?

LEONARDO (agrio). ¿Te puedes callar?

SUEGRA (enérgica, a su hija). ¡Cállate!

(Sale Leonardo.)

¡El niño! (Entra y vuelve a salir con él en brazos.)

(La MUJER ha permanecido de pie, inmóvil.)

MUJER (volviéndose lentamente y como soñando.)

SUEGRA.

MUJER.

SUEGRA.

MUJER (dramática).

SUEGRA (llorando).

MUJER (llorando y acercándose lentamente.)

SUEGRA.

MUJER (llorando y apoyándose sobre la mesa.)

(Telón.)

CUADRO TERCERO

Interior de la cueva donde vive la NOVIA. Al fondo, una cruz de grandes flores rosa. Las puertas redondas con cortinas de encaje y lazos rosa. Por las paredes, de material blanco y duro, abanicos redondos, jarros azules y pequeños espejos.

CRIADA. Pasen

(Muy afable, llena de hipocresía humilde. Entran el NOVIO y su madre. La MADRE viste de raso negro y lleva mantilla de encaje. El NOVIO, de pana negra con gran cadena de oro.)

¿Se quieren sentar? Ahora vienen. (Sale.)

(Quedan madre e hijo sentados, inmóviles como estatuas. Pausa larga.)

MADRE. ¿Traes el reloj?

NOVIO. Sí. (Lo saca y lo mira.)

MADRE. Tenemos que volver a tiempo. ¡Qué lejos vive esta gente!

NOVIO. Pero estas tierras son buenas.

MADRE. Buenas; pero demasiado solas. Cuatro horas de camino y ni una casa ni un árbol.

NOVIO. Éstos son los secanos.

MADRE. Tu padre los hubiera cubierto de árboles.

NOVIO. ¿Sin agua?

MADRE. Ya la hubiera buscado. Los tres años que estuvo casado conmigo plantó diez cerezos. (Haciendo memoria.) Los tres nogales del molino, toda una viña y una planta que se llama Júpiter, que da flores encarnadas, y se secó.

(Pausa.)

NOVIO (por la NOVIA). Debe estar vistiéndose.

(Entra el PADRE de la NOVIA. Es anciano, con el cabello blanco reluciente. Lleva la cabeza inclinada. La MADRE y el NOVIO se levantan y se dan las manos en silencio.)

PADRE. ¿Mucho tiempo de viaje?

MADRE. Cuatro horas.

(Se sientan.)

PADRE. Habéis venido por el camino más largo.

MADRE. Yo estoy ya vieja para andar por las terreras del río.

NOVIO. Se marea.

(Pausa.)

PADRE. Buena cosecha de esparto.

NOVIO. Buena de verdad.

PADRE. En mi tiempo, ni esparto daba esta tierra. Ha sido necesario castigarla y hasta llorarla, para que nos dé algo provechoso.

MADRE. Pero ahora da. No te quejes. Yo no vengo a pedirte nada.

PADRE (sonriendo). Tú eres más rica que yo. Las viñas valen un capital. Cada pámpano una moneda de plata. Lo que siento es que las tierras ¿entiendes? estén separadas. A mí me gusta todo junto. Una espina tengo en el corazón, y es la huertecilla esa metida entre mis tierras, que no me quieren vender por todo el oro del mundo.

NOVIO. Eso pasa siempre.

PADRE. Si pudiéramos con veinte pares de bueyes traer tus viñas aquí y ponerlas en la ladera, ¡qué alegría!

MADRE. ¿Para qué?

PADRE. Lo mío es de ella y lo tuyo de él. Por eso. Para verlo todo junto, ¡que junto es una hermosura!

NOVIO. Y sería menos trabajo.

MADRE. Cuando yo me muera, vendéis aquello y compráis aquí al lado.

PADRE. Vender, ¡vender! ¡Bah!; comprar, hija, comprarlo todo. Si yo hubiera tenido hijos hubiera comprado todo este monte hasta la parte del arroyo. Porque no es buena tierra; pero con brazos se la hace buena, y como no pasa gente no te roban los frutos y puedes dormir tranquilo.

(Pausa.)

MADRE. Tú sabes a lo que vengo.

PADRE. Sí.

MADRE. ¿Y qué?

PADRE. Me parece bien. Ellos lo han hablado.

MADRE. Mi hijo tiene y puede.

PADRE. Mi hija también.

MADRE. Mi hijo es hermoso. No ha conocido mujer. La honra más limpia que una sábana puesta al sol.

PADRE. Qué te digo de la mía. Hace las migas a las tres, cuando el lucero. No habla nunca; suave como la lana, borda toda clase de bordados y puede cortar una maroma con los dientes.

MADRE. Dios bendiga su casa.

PADRE. Que Dios la bendiga.

(Aparece la CRIADA con dos bandejas. Una con copas y la otra con dulces.)

MADRE (al hijo). ¿Cuándo queréis la boda?

Ваша оценка очень важна

0
Шрифт
Фон

Помогите Вашим друзьям узнать о библиотеке

Скачать книгу

Если нет возможности читать онлайн, скачайте книгу файлом для электронной книжки и читайте офлайн.

fb2.zip txt txt.zip rtf.zip a4.pdf a6.pdf mobi.prc epub ios.epub fb3