Gracias dijo el comisario mientras entraba al edificio.
A medida que Billy caminaba por el largo pasillo, notó lo huecos que sonaban sus pasos y, al aproximarse a la escena, el sonido de las voces los superó. Otros dos policías estaban haciendo guardia fuera del laboratorio de biología.
Buenos días, comisariodijo un policía y el otro asintió con la cabeza en señal de saludo.
Buenos díasrespondió Billy.
Se detuvo justo frente a la puerta.
¿Es muy malo?
El policía asintió con la cabeza.
Así es, el Descuartizador de Sardis hizo otro picadillo.
¡Eh, nada de eso! No quiero que la prensa se entere de algún apodo, ¡especialmente si viene de las fuerzas de orden! ¿Copiado?
El policía de manera silenciosa hizo un gesto de aprobación y el otro dijo tímidamente: Sí, comisario.
Gracias.
Billy entró al laboratorio de biología.
La escena que percibió fue grotesca y con una especie de ordenanza. A la víctima la habían atravesado con una serie de ganchos para abrigos que estaban fijados en una pared. Habían extendido sus manos y las atravesaron con estos ganchos, al igual que como atravesaron sus pies con un pitón para escalar en la pared de ladrillos. Los pies de la víctima estaban desnudos y atravesados uno sobre otro, de modo que se asemejaba a una crucifixión. A su vez, habían pegado la cabeza de la víctima en la pared con una cinta adhesiva que rodeaba su frente. Le habían pegado espinas o, las habían adherido de otra manera, a la cinta adhesiva, lo que realzaba aún más la imagen de la crucifixión.
Su garganta estaba cortada y era evidente que lo habían hecho en el otro extremo de la sala, junto a un estante de dos puertas, a pesar de que la cantidad de sangre frente a estas no era mucha. Además, parecía que luego de atravesar a la víctima con los ganchos de los abrigos, su estómago y la cavidad torácica se habían abierto. Sus órganos internos estaban en el suelo en forma circular y sus intestinos dibujaban la forma de un corazón alrededor de sus órganos. Sobre su cabeza, en la pared, se observaban las palabras: Soi tú ombre del saco. Las palabras mal escritas y las faltas gramaticales aparentemente se habían escrito con la sangre de la víctima, quien había perdido tanta sangre que su cuerpo se veía gris como un fantasma. El corazón, por otro lado, había desaparecido.
Ted Baker, el fotógrafo que trabajaba para el médico forense del condado de Sardis, también había trabajado como fotógrafo de plantilla para el centinela del condado de Sardis. Billy le había advertido hace tiempo sobre su trabajo doble.
Teddy, si vas a hacer ambos trabajos, tendrás que aprender a mantener la boca cerrada de vez en cuando. El hecho de que tomes fotos policiales y fotografías para el periódico del condado no significa que tengas exclusivas. La mayoría de las veces no será un problema, pero de vez en cuando tendrás acceso a cierta información que no estará destinada al público en general... hasta que yo lo diga. ¿Trato hecho?
Trato hecho respondió. Ted mantuvo en secreto su intención de querer romper el trato, especialmente si eso significaba que podría continuar con su carrera periodística.
Ahora estaba tomando fotos de la escena del crimen, mientras que Kenneth Pirtle, el médico forense, le indicaba a Baker los ángulos que quería. El equipo forense esperaba que Pirtle diera el visto bueno, pero Billy no confiaba mucho en ellos. Este era el tercer asesinato que se atribuía al Descuartizador y el comisario aún no tenía ninguna evidencia que fuera útil. En los tres asesinatos, habían exhibido a cada una de las víctimas de la misma manera, con los órganos en el centro y los intestinos colocados en forma de corazón a su alrededor. Asimismo, la sangre de cada víctima se había drenado casi por completo y sus corazones habían desaparecido.
Conjuntamente, en los tres asesinatos se escribieron las mismas faltas de ortografía con la sangre de la víctima en la pared.
Billy se preguntaba si las faltas ortográficas eran intencionales.
Llamó a Pirtle: ¡Hola, Kenny!
Saludó al comisario con un gesto mientras le decía al fotógrafo los últimos ángulos que quería para las fotos de la escena del crimen. Cuando terminó de explicárselo, Pirtle se acercó a Billy.
Bastante macabro, Billy dijo Pirtle.
Supongo que aún no tienes nada para mí.
Así es, Billy, tenemos una gran bolsa llena de nada para ti. No encontramos ADN, ni pelo, ni piel bajo las uñas de la víctima, ni nada. Tal vez el laboratorio encuentre algo, pero si es como las dos últimas veces...
Pirtle se encogió de hombros.
Billy sacudió la cabeza con los labios apretados.
Kenny, tienes que encontrar algo que me pueda servir. Se correrá la voz y la gente empezará a querer mi cabeza si no averiguo quién está haciendo esto.
¿Crees que no lo sé? No hemos encontrado nada a nivel forense que te podamos dar y me refiero a nada en absoluto. Incluso traje a la gente del laboratorio estatal y aun así no hemos tenido suerte.
Sacudió su cabeza con disgusto.
Es como si el asesino fuera un fantasma o algo así.
Billy mantuvo su boca cerrada. Sabía muy bien que se podía tratar de algo mágico o sobrenatural; sin embargo, mantenía sus opciones abiertas y su boca cerrada.