¿Me puedo quedar contigo esta noche? susurró Jewel sabiendo que si él la dejaba ir, el horror de las últimas dos horas volvería a perseguirla. Ella lo miró fijamente. Sus labios se entreabrieron por sorpresa al mismo tiempo que una ráfaga de calor atravesaba el centro de su cuerpo.
Se preguntó cómo era posible que él pudiera calmar su ira y la hiciera sentir como si estuviera ardiendo al mismo tiempo. Rápidamente apartó la mirada para que él no pudiera notar su confusión.
Sin responder siquiera, Steven la levantó en sus brazos, cerró la puerta con el pie, y regresó a la habitación mientras la colocaba en el borde de la cama. Quitándole los zapatos, se deshizo rápidamente de los suyos y se acostó con ella. Escuchó la respiración agitada de Jewel mientras la colocaba de tal manera que pudiera abrazar su cuerpo. Llevaría tiempo... pero estaría loco si dejara ir a Jewel tan fácilmente.
Capítulo 3
Kriss entró en el apartamento que compartía con Tabatha y cerró la puerta con llave. Había buscado por todas partes a Dean y no había encontrado ni rastro de él ni del demonio que había estado persiguiendo.
Una de las cosas que caracterizaba a los de su especie era que si querían esconderse, sabían cómo desaparecer y no dejar rastro. Había sido capaz de sentir al demonio en todas partes aunque nunca lo había visto. Solo cuando fue liberado se dio cuenta de que siempre había sido capaz de sentir su presencia. Todavía podía sentir la maliciosa intención de aquella personalidad oscura, incluso dentro de su casa... y aquello le producía nauseas.
Caminando por el oscuro apartamento, Kriss regresó a la habitación de Tabatha y sonrió al inocente rostro dormido en la cama. Estaba acurrucada como un gatito alrededor de su peluche favorito.... un perro Yorkie al que le sobresalía la lengua. El peluche era el único recuerdo que le quedaba de su infancia. Algunos años atrás se había desmoronado y le había contado la historia de Scrappy y cómo el perro había desaparecido cuando se fue de vacaciones con sus padres por última vez.
Kriss suspiró y se acostó en la cama a su lado, enroscándose a su alrededor como una manta de seguridad. Tan pronto como lo hizo, Tabatha se acurrucó contra él.
¿Encontraste a Dean? preguntó en voz baja.
*****
Kane se las había arreglado para escabullirse; se alegró de que Warren hubiera captado la atención de Michael el tiempo suficiente para poder hacerlo. Lo que fuera que Michael y Dean hicieron para arreglar lo que Misery le había hecho, le había provocado una gran descarga de adrenalina. Ahora estaba ansioso y no se libraría de esta ansiedad sentado en la oficina de Warren recordando al demonio chupa-almas. Ello solo le provocaría nos cuantos retorcijones en sus pesadillas durante un tiempo.
Observando la abrumadora oscuridad del cielo, vislumbró las primeras señales del amanecer. Quiso alejarse del centro de la ciudad y se movió tan rápido por las calles que si alguien hubiera estado mirando, no se habría dado cuenta de que había estado allí. El lado negativo de eso es que ahora estaba muy lejos de la casa de Michael.
Quería ver a Scrappy y acurrucarse con el perro en el sofá con una buena botella de vino, un cuenco de palomitas de maíz de tamaño enorme y.... ¿una película de terror? Kane agitó la cabeza.... ¿en qué diablos estaba pensando? Scrappy probablemente escogería la película, lo que podría ser una buena idea en ese momento, o quizás no. A ambos les gustaban las películas donde los animales podían hablar.
Kane se detuvo y miró a su alrededor cuando se dio cuenta de que algo lo había llevado allí. Al principio pensó que era Misery quien lo había traído hasta allí. Volvió a negar con la cabeza y descartó la idea cuando la imagen de Tabatha en la iglesia pasó por su mente. Podía sentir su presencia y, por primera vez en toda la noche, Kane se olvidó de los monstruos que fornicaban bajo la cama y en el armario.
Tabatha era su alma gemela y que él hubiera probado su sangre sólo aumentó la conexión entre ellos. La única razón por la que no la había sentido esta última semana era porque el caído... Kriss... la había llevado muy lejos de él, maldito bastardo. Empezaba a preguntarse si sufría de ansiedad por la separación.
Al moverse por esta parte de la ciudad, llegó a la casa de ella en cuestión de minutos. Aterrizando silenciosamente en el techo de la casa de un vecino, se colocó para observarla a través de la ventana del dormitorio. Su aguda vista se fijó en la forma en que su cabello caía sobre la almohada y en la forma en que sus labios se abrían ligeramente al respirar profundamente. Nunca había conocido tanta paz como ahora.... sólo mirándola dormir.
Kane se preguntó cómo le vería ella. ¿Se parecía a los otros monstruos con los que se había encontrado o con lo que soñaba? ¿Se daba cuenta de lo profundos que eran sus sentimientos por ella?
En cuclillas y listo para ir hacia ella, de repente y cuando casi estaba en pie, la oyó gritar en su mente. El sonido provenía de sus sueños, pero el sonido mental le hizo detenerse, ya que le recordaba la forma en que ella gritaba de niña, muchos años atrás. Hasta la fecha, todo lo que había hecho era causarle dolor... hacerla sufrir por él.
Kane se giró para irse cuando vio que la puerta de la habitación de Tabatha se abría. Sus músculos se tensaron en preparación para atacar al intruso cuando vio a Kriss, el caído, entrando en la habitación de Tabatha y metiéndose en la cama con ella.
Kane se dio cuenta de que el caído estaba molesto, y sintió rabia cuando Kriss rodeándola con un brazo, la estrechó contra si como si fuera su amante.
Sintió como su tranquilidad se hacía añicos y la rabia se apoderaba de él mientras los miraba. Concentrándose mucho, su extraordinaria audición comenzó a captar su conversación susurrada. Frunció el ceño por un momento al darse cuenta de que su poder era más fuerte que antes. Se sorprendió y su ceño se hizo más profundo cuando escuchó los latidos de sus corazones incluso desde esa distancia.
Dean no quiere que yo lo encuentre.
Kriss suspiró preguntándose si Kane hablaba del demonio que Dean estaba persiguiendo o del caído que había estado allá abajo con el demonio.
Desearía que Dean hubiera esperado. Había algo en el aura del otro caído que hacía desconfiar a Kriss y esta tenía la esperanza de que Dean fracasara en la búsqueda de cualquiera de ellos.
Me pregunto qué pasó, susurró Tabby
Por lo que dijeron Envy y Devon, Dean estuvo atrapado allí la mayor parte del día.
Ella no pudo evitar imaginar a Kane sabiendo que él también había estado allí abajo con el demonio y casi no lo cuenta.
Me aseguraré de preguntárselo tan pronto como lo encuentre, contestó Kriss, incapaz de no sonar preocupado.
Dean te aprecia... volverá pronto. Tabatha cerró los ojos, confiando por el bien de Kriss en tener razón.
Duérmete, susurró Kriss esperando que ella tuviera razón con respecto a que Dean regresaría pronto. No había visto al otro caído porque se había estado moviendo demasiado rápido, pero lo había sentido por un momento antes de que el aura del demonio le hiciera sombra.
Aquel sentimiento fugaz lo perseguía, así que podía imaginarse por lo que estaba pasando Dean.
Los caídos eran tan raros que se quedaban maravillados cuando estaban cerca unos de los otros. La mayoría pensaba que eran los ángeles caídos de una leyenda en la que habían sido enviados a la tierra para ayudar a protegerla... pero las leyendas a menudo sólo son verdades a medias, moldeadas por las palabras de hombres que necesitan un héroe o a veces un enemigo.