Kyoko estaba tratando de luchar contra la forma de aparición que tenÃa frente a ella. PodÃa oÃrle susurrar encantamientos y podÃa sentir una sensación extraña en su pecho. No fue doloroso... pero aún asÃ... parecÃa que iba a estallar. No con dolor... era un sentimiento de amor. TodavÃa estaba lúcida para sentir miedo al mismo tiempo.
Trató de retroceder cuando él se acercó aún más y fue entonces cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo exactamente. Este malvado demonio le estaba lanzando un hechizo... y ahora era demasiado tarde. Kyoko parpadeó lentamente. SentÃa el sentimiento abrumador de estar enamorada. Ella harÃa cualquier cosa por esa persona, pero ella no sabÃa quién era esa persona. ¿A quién amaba tanto que le dolÃa?
Sintió que el suelo se movÃa bajo sus pies y ella empezó a hundirse en un vacÃo justo cuando el seductor demonio finalmente estaba a una distancia de su pelo. Sus sedosos labios rozaron los de ella y su mundo se volvió negro.
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Hyakuhei miró a través del espejo y presenció el hechizo que se colocaba en Kyoko. SabÃa que cuando se despertara, la persona ante ella serÃa la que amaba. Sus ojos brillaron con una débil luz carmesà cuando abrió un portal bajo la esfera de la barrera en la que estaba atrapada y comenzó a atraerla hacia él.
-SÃ, ven a mÃ, soy yo a quien realmente amas -sus pensamientos se distorsionaron y él se sintió como si finalmente estuviera regresando a su casa-. Como deberÃa ser -susurró.
Yuuhi miró a Hyakuhei sin un parpadeo de emoción cruzando su rostro pálido y joven. Ella no vendrá, porque Toya la detendrá.
Los ojos de Hyakuhei se estrecharon contra el chico antes de volver al espejo.
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Toya se paró sobre la esfera de la barrera que mantuvo a Kyoko lejos de él. Con todo su cuerpo temblando de miedo y cólera, juntó sus poderes de guardián y lo dejó pulsar en las dagas gemelas.
-¡No me la quitarás! Sus ojos cambiaron instantáneamente a plata fundida cuando sus poderes salieron a la superficie, enviando una onda de choque a su alrededor, causando que su cabello y ropa saltaran salvajemente de la explosión. Con las dagas gemelas juntas, las hojas cruzadas se volvieron de un azul vÃvido mientras el Tenshi besaba los labios de Kyoko.
El demonio levantó la vista justo cuando Toya descendÃa. En un instante, el escudo de la barrera desapareció y las hojas entraron en contacto con el Tenshi, matándolo en un instante.
Toya se agachó y agarró a Kyoko por la cintura, sacándola del vacÃo que se habÃa formado debajo de ella. Saltó del vacÃo justo cuando el masivo demonio Suki y Shinbe luchaban tratando de atacarlo de nuevo.
Viendo que Kyoko estaba inconsciente y no sabÃa lo que el demonio alado le habÃa hecho e hizo que Toya viera rojo. Alzando su daga de fuego con un gruñido furioso, sintió que el calor se acumulaba dentro de su sangre de guardián y lo liberaba sobre los demonios que avanzaban, volándolos a pedazos.
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Yuuhi bajó el espejo de las almas de Hyakuhei, que habÃa desviado la mirada en la decepción.
La voz de Hyakuhei permaneció tranquila. "No importa, el hechizo sólo durará un par de horas desde que el Tenshi fue destruido." No hubo arrepentimiento, pues tendrÃa muchas más oportunidades y capturarÃa a la sacerdotisa, abrió la palma de su mano revelando los pequeños fragmentos de cristal que eventualmente la traerÃa a su alcance.
Aún vendrá a mÃ. Dijo en una voz seductora mientras Yuuhi miraba de nuevo al espejo.
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Toya estaba tan molesto que ni siquiera notó que las nubes oscuras habÃan desaparecido y el sol brillaba una vez más sus rayos de sol tardÃo. Extendió la mano, acercando a Kyoko de modo que su cabeza descansara sobre su muslo mientras se arrodillaba. No podÃa ver ninguna herida, pero el hecho de que ella se habÃa desmayado lo estaba asustando. No prestó atención a los demás mientras se agolpaban alrededor de él.
Kamui se arrodilló al lado de Toya. "¿Ella está bien?" Ãl miró a Kyoko con un resoplido en su voz: -Se suponÃa que debÃa protegerla -susurró mientras le tocaba la mejilla con la punta de los dedos-Kyoko, por favor despierta Para arriba... para mÃ... ven... ¿por qué no se despierta? El temblor en la voz de Kamui emitió la culpa que sentÃa por no salvarla.
Shinbe fue quien contestó. "Reconocà al adorable demonio que estaba con ella, estudié sus secretos hace un tiempo, se llama Tenshi, es muy débil en ataques fÃsicos y puede ser destruido fácilmente, su poder real es un hechizo de amor engañoso". Dirigió su siguiente pregunta hacia Toya. "No la besó ¿verdad?
Toya asintió, recordando el destello de celos que le habÃa disparado cuando la bella criatura masculina se atrevió a besar a Kyoko.
Shinbe suspiró y se golpeó la mano sobre los ojos antes de mirar entre sus dedos: -Puede que tengamos un problema cuando despierte.
Toya sintió que le temblaba el estómago ante la idea de que Kyoko fuera herida de alguna manera. "Shinbe, ¿qué le pasa a ella? ¿Qué tipo de hechizo fue el que el bastardo le puso? ¿Hay algún modo de que podamos ayudarla? ¿Un antÃdoto o algo asÃ?" Preguntó con calma, sin apartar los ojos de ella por miedo a que se le parara la respiración. Nunca se habÃa sentido tan adormecido en su vida eterna.
"Bueno, el Tenshi le puso un hechizo de amor cuando la besó, eso es lo que sé. Probablemente iba a llevarla a Hyakuhei cuando ellos comenzaron a caer en ese vacÃo que se habÃa abierto. El hechizo no deberÃa durar mucho tiempo. "Shinbe lanzó una mirada preocupada a Toya, esperando que sus estudios fueran precisos... por todos ellos.
Toya frunció el ceño mientras se alejaba un par de centÃmetros de ella y se puso de pie. Su corazón aceleró su ritmo mientras le preguntaba: "¿Qué tipo de hechizo es un hechizo de amor y por qué Hyakuhei quiere que Kyoko se encuentre sometida?" Entonces se le ocurrió lo que habÃan sido las intenciones de Hyakuhei. Sus manos se cerraron en un puño mientras sus ojos se abrieron y luego se estrecharon, "¡Maldito sea ese bastardo! ¡Lo voy a matar!"
Se sentó en el suelo junto a Kyoko. "Bueno, ¿qué pasará cuando se despierte ahora que Hyakuhei no está aquÃ?" Toya trató de esconder la furia que sentÃa ante la idea de que Hyakuhei quisiera a Kyoko.
Shinbe se inclinó sobre ella. "Vamos a averiguar." Golpeó a Kyoko en la mejilla suavemente. Kyoko, cariño, despierta. Sonrió cuando sus ojos empezaron a vibrar. Suki se sentó a su lado esperando que Kyoko se concentrara, esperando a ver si estaba bien.
La visión de Kyoko estaba borrosa al abrir los ojos. Le dolÃa el pecho. Levantó la mano, colocándola sobre su corazón y cerró los ojos por un segundo. Entonces oyó a Shinbe.
"Kyoko, ¿estás bien?" Shinbe se inclinó sobre ella, ahora enfocándose mientras lo miraba.
Kyoko lo miró por un momento, sintiendo que cada nervio de su cuerpo cobró vida. Dios, Shinbe era hermoso con su largo pelo azul de medianoche colgando alrededor de su cara perfecta. Sus ojos parecÃan cristales de amatista mientras la miraba. "Estoy bien." Kyoko se colocó en una posición sentada y envolvió sus brazos alrededor de su cuello deseando acercarse a él. -Oh, Shinbe, te quiero mucho.