En el camino de regreso al apartamento, Jake recuperó un mensaje de la recepción. Era un sobre sellado de sus contactos. Ahora tienen una dirección confirmada del General Alkan al-Saadi en Estambul. Hora de ir a trabajar.
15 - CONFRONTACIÃN
Un taxi dejó a Jake y Tess en Yeniköy Caddesi, una de las calles más bonitas de Estambul. Dos largas filas de plataneros altos adornaban ambos lados de la calle.
El barrio es conocido por sus Yalis, casas o mansiones, la mayorÃa de las cuales fueron construidas a la orilla del mar, en el estrecho del Bósforo. Quedan unas 620 residencias junto al mar, que constituyen uno de los puntos de referencia de la ciudad.
Encontraron la casa grande y hermosa que, según los contactos de Jake, pertenecÃa al General al-Saadi. La madera finamente trabajada decoraba el exterior, y un agradable jardÃn realzaba un ambiente acogedor y tranquilo.
Tess y Jake habÃan discutido algunas estrategias y decidieron que un enfoque frontal discreto podrÃa funcionar. No utilizando ningún subterfugio, decidieron buscar una reunión con al-Saadi. Esperemos que pudiéramos persuadirlo de que le convendrÃa dejar ir a la niña. A estas alturas, no podÃan pensar en otra alternativa que no fuera irrumpir en el recinto y secuestrar a la niña, un enfoque muy peligroso.
Se acercaron a la puerta de la casa y tocaron una campana. Apareció un guardia uniformado.
- "Buenos dÃas. Nos gustarÃa ver al General Alkan al-Saadi", dijo Jake en turco, su nuevo idioma.
El guardia los miró con curiosidad. "El General sólo ve a la gente si tiene una cita."
- "Dile que a Tess Turner le gustarÃa hablar", dijo Tess. Jake tradujo.
El guardia aún sospechaba. "Espera aquÃ", dijo y volvió a entrar en la casa.
Cinco minutos después, cuatro guardias salieron de la casa y abrieron la puerta. Rodearon a la pareja y los llevaron a una gran área de recepción.
Un hombre que parecÃa ser un mayordomo se les acercó y señaló a Jake. "Espera aquÃ. El General sólo verá a la Srta. Turner". Los guardias dejaron caer sus armas de los hombros para sofocar cualquier posible desacuerdo por parte de Jake.
- "Jake, haz lo que dicen. Puedo manejar esto", advirtió Tess. Los guardias agarraron a Jake y le hicieron sentarse. La cara de Jake se convirtió en una mirada pétrea y amenazante, su cuerpo listo para desenrollarse y golpear como una serpiente. "Jake, está bien." Se dio la vuelta y siguió al hombre.
Tess fue conducida a una gran oficina llena de preciosos muebles de época. El General estaba en el escritorio. Golpeó ambas manos en la superficie.
- "Tess, ¡qué agradable sorpresa verte de nuevo! ¿Has venido a disculparte por darme un terrible dolor de cabeza que duró dÃas?"
- "Siento haber tenido que hacerlo, General, pero estoy segura de que es consciente de las circunstancias que lo hicieron necesario."
- "No hay problema, estás perdonada. Siéntate, y Tess, por favor llámame Amir."
Tess se sintió temblorosa, recordando los eventos desagradables que habÃa experimentado en la casa de Amir en Irak.
- "General, la guerra en Irak casi ha terminado, y vine a discutir cómo podemos tratar un asunto importante de una manera civilizada."
Amir no tenÃa prisa por hablar de negocios. "Veo que sigue siendo muy hermosa, pero extraño el vestido que usó para mà la última vez. Mostraba sus virtudes espléndidamente."
- "Tess, ¿puedo preguntar quién es el caballero que está con usted?"
- "Es sólo un guÃa que me ayuda a moverme por la ciudad", explicó.
- "Muy sabia; Estambul puede ser una ciudad desafiante."
Amir señaló un plato lleno de delicadezas. "¿Puedo ofrecerle una ofrenda de paz? ¿Un poco de té, quizás?"
- "No, gracias, General; estoy muy contenta de que esté hablando de paz. Nos da la oportunidad de discutir lo que vine a buscar".
Amir parecÃa decepcionado. "Todo negocios y nada de juegos; decepcionante. Esperaba que reconsideraras mi oferta".
Tess fue al grano. "General, he venido aquà para hablar de la liberación de la niña de Kejal."
Amir sacó un dulce de la mesa y puso una silla junto a Tess. Tomó un sorbo de té, dejó la taza y miró a Tess con intensidad. "¿Qué interés podrÃa tener en una niña que nunca ha visto? ¿Y qué le hace pensar que la tengo aquÃ?"
- "Es la hija de Kejal, y cuando murió, le prometà que la pondrÃa a salvo."
La cara de Amir reflejaba visiblemente una ira creciente. "¡Kejal murió por su culpa! La querÃa mucho".
- "¡Kejal fue asesinada por sus hombres!"
"No habrÃa pasado si hubiera cooperado conmigo. ¡Le habÃa ofrecido el mundo!"
Tess miró a Amir con una mirada helada. "¡Todo lo que me ofreció fue violarme!"
Amir tomó otro sorbo de té. "Hay muchas maneras de interpretar los acontecimientos. ¡Mira las cosas en blanco y negro!"
Tess se levantó. "¿Dónde está la chica?"
- "Ese es mi negocio, y todavÃa estoy buscando una razón por la que usted querrÃa la niña. ¿Qué harÃa con ella? ¿Ponerla en un orfanato? ¡No le queda familia, gracias a usted!"
Tess se sentó de nuevo y trató de convertir la hostilidad en un diálogo. "General, una vez que acabe la guerra, habrá gente buscando venganza. Sadam Husein y su gente clave se verán obligados a rendir cuentas de sus crÃmenes. No quiera ser un objetivo como ellos. Podemos ayudarle a regresar a Irak con honor si hace lo correcto y deja ir a la chica".
Amir se rió. "No entiende realmente quién soy. Tengo amigos en altos cargos aquà y en Europa. Soy dueño de polÃticos que protegerán mis intereses. En cualquier caso, no hay muchas cosas desagradables que puedan achacarme. Hay demasiada gente que ha cometido cosas terribles. Algunos pueden pagar el precio, ¡pero yo no!"
Tess le dio una mirada helada. "¡Usó gas venenoso en las aldeas kurdas! ¡Asà es como capturaron a Kejal en primer lugar!"
"¿Es eso lo que piensa?" Amir agitó la cabeza, incrédulo. "¿De dónde sacó los hechos? Parece que se apresura a creer lo que dicen la prensa y la propaganda".
- "¿Está diciendo que las masacres no ocurrieron?"
"Oh, lo hicieron, pero no de la manera que cree. No tengo que explicarle mis acciones, pero le daré un poco de claridad para disipar algo de ciencia ficción". Amir se retiró a su asiento detrás del escritorio y comenzó a hablar.
- "Su presidente Bush invadió Irak citando como excusa que los kurdos de Halabja, un pueblo cercano a la frontera iranÃ, habÃan muerto a causa de los gases de Irak en marzo de 1988. Esta atrocidad tuvo lugar cerca del final de la guerra de ocho años entre Irán e Irak. Pero la verdad es que nadie puede probar que las armas quÃmicas iraquÃes mataron a los kurdos.
En una batalla, Irak usó armas quÃmicas contra las tropas iranÃes que habÃan tomado la ciudad. Los kurdos que murieron tuvieron la desgracia de quedar atrapados en ese intercambio. Pero no eran el objetivo principal de Irak.
"Inmediatamente después de la batalla, la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. emitió un informe clasificado. Transmitieron la información a los organismos de inteligencia en función de la necesidad de conocerla. Su conclusión fue que fue el gas iranà el que mató a los kurdos, no el gas iraquÃ. Los kurdos habÃan sido asesinados por un agente sanguÃneo, un gas a base de cianuro, que se sabÃa que Irán utilizaba.