Various - Colección de Documentos Inéditos Relativos al Descubrimiento, Conquista y Organización de las Antiguas Posesiones Españolas стр 16.

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Quisimonos hacer á la vela este dia, y no pudimos por el tiempo ser ruin, y de ahi dos dias abonanzó el tiempo, y nos hizimos á la vela por nuestro camino; y estando de este Puerto quatro ó cinco leguas, cargonos mucho la brisa, y tambien por ser este el cabo de toda la Isla, atravesamos á las Islas de Magallanes, que son tres Islas principales, la una es costa de cabo de Matanzas, y la otra es donde murió Magallanes, y la otra Bahia de Macadaos, y ansi fuimos en demanda dellas, que estan todas tres del Este U-este, y á la vista de la Isla de Mindanao, que estarán della como quinze leguas; boxamoslas por la parte del Norte y entrando por la primera dellas que es costa del cabo de Matanzas empezamos á hallar tierra de poco fondo, el qual fondo hay destas Islas á los Malucos, y por encima de este placel hay tantas Islas, que nos paresció entrar en el Archipielago, y bien lo podemos decir por que hay muchas mas, por que andando entre ellas no sabiamos por donde haviamos de salir, y todas estas Islas son pobladas de mucha gente y son Islas pequeñas de á diez leguas, y de á seis, y de á quatro, y todas las demas de á dos, y de una legua, viven en alguna de estas Islas, principalmente en la de Mindanao, y algunas de estas otras pequeñas sobre arboles, y ansi tienen las casas como picazas en los mas altos arboles, que tendran á diez y á doze brazas de alto: paresceme que todas estas Islas pequeñas estan sugetas á la Isla donde mataron á Magallanes, por que haviendo quatro ó seis dias que andavamos por entre estos baxos é Islas, fuimos á dar fondo á una Isla pequeña que estaba pegada á la en que mataron á Magallanes, vimos de noche hacer tres fuegos, y paresciendonos que era señal por que los que traian los fuegos andavan por la playa, y pararonse enfrente de una Isleta pequeña que estaba á la mar de nosotros, y en levandonos por la mañana vimos venir atravesando once canaluchos cargados de gente, los quales venian desta Isleta pequeña huyéndola, y desamparando la Isla por la seña que la noche de antes les havian fecho: y ansi pasamos por barlovento de estos canaluchos, que si los quisieramos embestir bien pudieramos, antes no quisimos arribar sobre ellos por no metelles temor: ansi se fueron á la Isla donde se les hizo la señal. La Isla donde estos salieron, tenrá un tiro de ballesta, y sin arboleda, cercala toda un arracife, de tal manera, que con pasar dos leguas della fuimos por dos brazos y tres, quatro ó cinco horas, corriendo con buen tiempo, dexando la Isla de Cabo de Matanzas, y entrando por la de donde mataron á Magallanes. Entre esta Isla y muchas Islas que estan de la parte del Norte, que son Islas muy pequeñas, vimos las Islas pequeñas de fuera tan cerca de la Isla donde mataron á Magallanes, que me paresció no haver parte por donde salir, por ver tantas Isletas por la proa, y visto esto se fué el Piloto á la Gavia, y dende allí vió que devian (sic) estas Islas á la de donde mataron á Magallanes, y fuimos corriendo con la sonda en la mano por quatro y tres brazas, por que aunque rodeamos treinta leguas ni quarenta no hallaramos mas agua de aquestas tres brazas, por lo qual antes y despues vimos, que los naturales que en estas Islas se crian, tengo entendido que si caminan diez leguas por entre estas Islas se perderan, por que en cada diez leguas hay cien Isletas, y todas pobladas de gente y especeria; y ansi yendo por las tres brazas vi por la proa á una mancha prieta, y fué el Piloto á la proa y conoció que era baxo y mandó que fuese á orza de golpe, y con las velas encima dimos fondo á una ancla, y quando cayó el ancla dexó el cepo encima del agua; y visto el Piloto que estavamos encima del placel, mandó tomar las velas muy de presto, y acabadas de tomar empezó el Navio á dar culadas en el baxo, y viendo esto el Piloto mandó echar el trinquete arriba para que con él y la Mesana saliese fuera el Navio, y ansi como levantamos el ancla tomava el Navio ruin buelta, y todas las veces lo hacia ansi, por respecto de la mucha corriente que aquí andava en este placel, y no sabiendo el Piloto que hacer, acordó que con la verga de la cevadera botasen dos hombres el Navio para que tomase la buena buelta, y ansi salió el Navio sin daño ninguno, y fuimos corriendo de luengo destas Islas siempre por mucho placel, aunque en algunas partes se podia dar fondo por ser limpio.

Yendo dexando estas Islas donde mataron á Magallanes pareciome que quedaban todas estas Isletas, y otro dia de mañana emprincipiamos á costear la costa de la Isla del Cavo de Macadaos, y vimos por la parte del Norte dellas tantas Islas como las de atras, que si temor tuvimos de las pasadas mucho mas en ver estas por el mucho arrecife que tenian, y por las grandes corrientes que havia, que nos ponian cada dia en tanto travajo y la noche en mucho mas, que ya no havia hombre en el Navio que se pudiese tener con dar fondo y tomar velas, y de velarnos de los Enemigos, y velar el cable, por que si perdiamos el ancla no nos quedava otra, que este era el mayor travajo que en el Navio se sentia. Dexada esta Isla de Macadaos vimos otras muchas Islas sin baxos ni placel ninguno, sino de mucho fondo, y en esto conosció el Piloto ser las postreras Islas: yendo corriendo entre ellas vimos muchos Pueblos cerca de la mar, y Islas de muy buen parecer, no pudimos dar fondo en ninguna dellas, y ansi pasamos de largo; y una tarde que fué Jueves Santo en la tarde yendo prolongando una Isla grande, que al U-este dellas havia otras Islas grandes y altas, y al Leste no parescia ninguna, y ansi entendimos que era el cabo de todas las Islas, y el agua corria por fuera reciamente, quisimos desembocar por vernos ya fuera de tanto travajo, vió el Piloto reventar un arrecife por la proa, mando arrivar por dar esta noche fondo en la Isla, y esperar á la mañana, y estando cerca desta Isla se hizo muchas Islas, y en medio no havia fondo, y el agua corria tan recio que nos metió por una angostura que apenas cavia el Navio, y el sol puesto y la noche escura, y los Indios de la una banda y de la otra tocando cornetas y bozinas, que sonaban dos leguas y mas, y el Navio por esta angostura dando muchas bueltas por causa de la mucha corriente y poco viento, que no havia ninguno: fué tanta la corriente que en un quarto de hora anduvimos quatro ó cinco leguas10 yendo por este estrecho, con arto travajo y temor de que no nos acosase el agua ó algun baxo donde nos perdiesemos, que segun lo que viamos aquella noche no podia ser menos: andando en este travajo vimos atravesar un canalucho cargado de gente á dar aviso á la otra vanda del estrecho, el qual llevaba la sonda en la mano: dixo, fondo, y ansi con vela y todo dimos fondo á una ancla, y tomamos presto nuestras velas, y quando el Navio vino á hacer por el amarra echava fuego el abita11, ansi largamos el cable hasta la punta, y ansi estuvimos el primer quarto en vela que menguava el agua, y de media noche abaxo principió á venir la creciente, venia con tan gran peso de agua que parescia que se abria la tierra, y en esto conosció el Piloto que era macareo, y ansi se fué á popa y se puso cabe al del timon mandandole governar toda la noche; yo quedé á proa encomendando la via, porque á tomar el Navio atravesado la corriente tampoco aprovecharan diez cables como uno, y luego en amanesciendo el agua fué pleamar, y mandó el Piloto á un Marinero subir á la Gavia, para que mirase por la parte de la mar si rebentaba algun arrecife, y dixo, que no havia ninguno, sino las Islas que nos tenian cercados; y queriendonos levar vimos venir cinco canaluchos toldados y empabesados que parescian Galeras; y en cada uno venian cien hombres: llegaronsenos por popa y comenzaron á alzar las manos en señal de paz, y nosotros hizimos lo mismo, y llamandoles que se llegasen á bordo, deciannos por señas que fuesemos á su Puerto; y tan claro lo decian como uno de nosotros, por que preguntaban por el Capitan y Piloto, nombravan Navio y Batel. Ya que estavan cerca de bordo meneó un Marinero un berso de los que estaban para en defensa nuestra: viendo esto ellos hizieron ciaboga con los canaluchos, de manera, que no osaron llegar á bordo: paresceme que estos contratan con Portugueses, de Maluco, por que estan muy cerca destas Isletas; y de alli nos hizimos á la vela la buelta de la mar, aunque con mucho travajo por doblar la Isla que teniamos mas cercana, huvieramos de dar á la costa por falta de viento, y ansi anduvimos aqui dos dias barloventeando, aunque por la parte del U-este no havia Isla ninguna, y esta noche nos quadró bien el viento y fuimos por el tenor deste, y pensando que haviamos doblado todas las Islas amanescimos con Islas de Cavo, y tanto en tierra que de una buelta ni de otra la podiamos doblar, y ansi nos dexamos ir de aquella buelta pareciendole al Piloto que era lo mejor, y el viento cada vez nos abonanzava, y la mar mucha que nos arronçaba en tierra, y hechose la sonda abaxo muchas veces no se halló fondo ninguno de que nos pesó arto, por que alli no havia remedio si no era con dar fondo, y como vi que no lo havia acordé que sacasen remos y remasen todos, y ansi travajaron todos este dia todo lo que se pudo trabajar, y andando con este travajo nos proveyó Nuestra Señora con un poco de viento con que doblamos esta Isla con el costado de luengo de un arrecife que della salia; y vistonos fuera desta Isla que no havia otra ninguna, y no saviendo que camino llevasemos, por que bolviendonos á meter en estas Islas era perdernos, hablé al Piloto y le dixe: que ya veia en la parte que estavamos, que era fuera de todas las Islas: el me dixo, que lo que á mi me paresciese y mas en servicio de S. M. fuese, se hiciese: yo le dixe, que mirase bien lo que deviamos hacer en esta navegacion, y que procurase tomar derrota y camino que fuese en servicio de Dios y de S. M. y del salvamiento de todos; y ansi estando pensando lo que haria, tomando la carta en las manos tanteandolo muy bien, y visto los inconvenientes desta navegacion me dixo, que lo mejor dello era dar buelta á la Nueva España, pues venia el verano y metidos en el altura por la parte del Norte nos quadrarian los tiempos y harian nuestra navegacion, y que ansi era mejor que no ir en poder de Isleños, ó de Portugueses, como las demas Armadas han hecho que á esta tierra han venido; é yo entendiendo esto, le dixe, que mi parescer era aquel, que mas queria morir en la mar en servicio de S. M., que no perescer entre esta gente, y que pues el intento de S. M. era descubrir esta buelta, y nosotros no podiamos topar el Armada, que mi determinacion era acavar este viaje ó morir, y ansi hablé á Pedro de Rivero y le dixe, que él y el Piloto baxasen á ver los bastimentos y que viesen el agua, y pan que teniamos, y hallaron ocho pipas de agua y veinte quintales de mazamorra12 por que en aquello se havia convertido el vizcocho, y haba y garvanzo; y ansi bolvieron y me dixeron lo que havia, y que á las pipas del agua les faltava á quatro y á cinco arrobas de agua, y luego hize proveer un hombre que tuviese cuenta con ello, y todas las veces que se dava racion abaxava uno de nosotros á vello, pues nos iva la vida: sabido por alguno de los que en el Navio venian la determinacion mia, andavan medio amotinados por verse cerca de los Malucos, que habria como veinte leguas, y decian que en ellos havia Portugueses, y que á la Nueva España havia dos mil leguas, y que era imposible descubrirse por el ruin recaudo que llevabamos de bastimentos, y de todo lo demas que havian oido de las demas Armadas; y ansi quisieran ir mas á los Malucos que no venir acá; pero no era parte ninguna cosa, por que mi determinacion era lo que tengo dicho, y dexallo en las manos de Dios y de su bendita Madre, en el nombre de quien dexamos esta Isla de Cabos para dar principio en esta nueva Navegacion.

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