Pallina se ríe, después mira mejor a Dema. Sus miradas se encuentran por un segundo. Esperemos que esta vez no tenga razón.
Anda, ven a bailar Pallina baja tomada de la mano y llega al grupo.
Hola Roby, feliz cumpleaños!
Oh, Babi, Hola! Se intercambian dos besos sinceros.
Te ha gustado el regalo?
Bellisimo, en serio. Justo lo que necesitaba.
Lo sabíamos fue una idea mía. Después de todo, siempre saltabas la primera hora y tampoco es que vivieras muy lejos.
A sus espaldas llega Chicco Brandelli.
Que le has regalado?
Babi se gira sonriente, pero al verlo cambia la expresión.
Hola Chicco.
Me regalaron un despertador bellísimo
Ah, que lindo, en serio.
Sabes, el también me hizo un regalo bellísimo.
Ah si? Que cosa?
Un cojin todo bordado. Ya lo puse en mi cama.
Ten cuidado, seguramente te pedirá de probarlo. E dándole una sonrisa forzada a Brandelli se aleja hacia la terraza. Roberta la mira.
A mi el cojin me gusto muchísimo. De verdad
En realidad le gustaría también probarlo con el.
Chicco le sonríe. Lo creo, discúlpame.
Pero dentro de poco sirven la pasta le grita detrás Roberta tratando de pararlo de algún modo.
En la terraza, de poltronas suaves, con cojines claros de flores, un techo de madera con luces tenues bien escondidas detrás de ramas de alguna planta. Un jazmín se enrolla alrededor de las otras plantas. Babi pasea en el suelo de cerámica. El fresco viento de la noche le agita los cabellos, le acaricia la piel quitándole un poco de su perfume y dejando solo algún leve escalofrío.
Que cosa debo hacer para que me perdones?
Babi sonriendo para si misma se cierra la chaqueta, cubriéndose.
Que cosa no debiste haber hecho para no molestarme.
Chicco se le acerca.
Es una noche tan bella es tonto arruinarla peleando.
A mi me gusta muchísimo pelear.
Me he dado cuenta.
Pero también me gusta hacer las paces la verdad me gusta sobretodo eso. Sin embargo, contigo no se, pero no logro perdonarte.
Es porque estas confundida. Un poco quieres estar conmigo, un poco no. Clásico! Una cosa típica de todas las mujeres.
Eso, ese todas es lo que te lo arruina.
Me rindo te gusto el film de la otra noche?
Si solo me lo hubieses dejado ver!
He dicho que me rindo. Bueno, entonces te mandare la película en cinta a tu casa. Así la ves tranquila, sola, sin nadie que te disturbe. Por cierto, sabes que me han dicho?
Que?
Que lo disfrutas mas cuando sabe a mantecado.
Babi riendo trata de golpearlo.
Puerco!
Chicco le para el brazo en el aire.
Para! Era un chiste. Paz?
Sus caras se acercan. Babi mira sus ojos: son muy bellos, casi como su sonrisa.
Paz. Se rinde.
Chicco se le avecina y le da un leve beso en los labios. Esta volverse mas profundo cuando Babi se separa y regresa a ver afuera.
Que noche mas esplendida, mira la luna!
Chicco suspirando alza los ojos al cielo.
Algunas nubes ligeramente navegan el azul oscuro del cielo. Acarician la luna, cubriéndose de luz, aclarándose por partes.
Es bella, verdad?
Chicco responde simplemente Si, sin apreciar verdaderamente toda la belleza de esa noche. Babi mira a lo lejos. Las casas, los techos, los prados a los bordes de la ciudad, las filas de altos pinos, una larga carretera, las luces de un automóvil, sonidos lejanos. Si solo pudiera ver mejor, si daría cuenta de esos muchachos que corren, riendo y sonando las cornetas. Quizás reconocería a aquel tipo de la moto. Es el mismo que había encontrado una mañana mientras iba a la escuela. Y que se estaba avecinando.
Chicco la abraza y le toca los cabellos.
Estas bellísima esta noche.
Esta noche?
Siempre.
Así esta mejor.
Babi se deja besar.
Mucho mas lejos en la misma ciudad.
En una perfecta camisa blanca, con pocos cabellos en la cabeza y gotas de sudor, un mesonero gordito pasa entre todos los invitados con una bandeja de plata. Cada tanto una mano sale de un grupo de personas y se adueña de un cóctel ligero con pedazos de fruta flotando adentro. Otra, mas veloz, coloca un vaso vacio. En el borde, marcas de labial. Se puede ver perfectamente donde la mujer ha bebido y que tipo de labios tiene. El mesonero piensa que seria divertido reconocer que mujer habrá sido tan solo por los vasos. Eróticas huellas digitales. Con este pensamiento vuelve a entrar en la cocina, donde olvida rápidamente esa fantasía a la Sherlock Colmes. La cocinera lo regaña recordándole de llevar la bandeja con los pasapalos fritos.
Querida, estas muy bien.
En la sala una mujer de cabellos muy colorados se gira hacia la amiga y le sonríe, siguiendo el juego.
Pero has hecho alguna cosa?
Si, me he encontrado un amante.
Ah si? Y que hace?
El cirujano plástico.
Ríen las dos. Después agarrando una alcachofa frita, se mueven mas hacia un lado y le confiesa el secreto.
Me he inscrito en el gimnasio de Barbara Bouchet.
Ah si? Como es?
Fabulosa! Deberías venir.
Lo haré seguramente.
Y queriendo preguntarle cuanto cuesta el mes, piensa que lo descubrirá por su cuenta, en el verdadero sentido de la palabra. Después se apodera de una mozzarella frita y la manda a la barriga serena, total después se lograría deshacer de ella.
Claudio saca el paquete de Marlboro y se prende un cigarrillo. Deja salir el humo, saboreándolo hasta el fin.
Hey, tienes una corbata bellísima.
Gracias.
Te queda verdaderamente bien, en serio. Claudio muestra orgulloso su corbata vinotinto y después, por instinto, baja el cigarrillo escondiéndolo y busca a Raffaella. Mira alrededor, se encuentra con algunas caras recién llegadas, los saluda sonriendo, y después, al no encontrarla le da otra fumada mas tranquilo.
Muy bella, verdad? Es un regalo de Raffaella.
Una mesita baja de marfil, con aceitunas y pistachos reunidos en pequeños envases de plata. Una mano acompañada de uñas bien cuidadas deja caer las partes inservibles de un pistacho.
Estoy preocupada por mi hija.
Porque?
Raffaella logra mostrarse bastante interesada, aquel intento de conservar la confianza de Marina.
Frecuenta un bueno para nada, uno que no hace nada, uno que esta siempre en la calle.
Y de cuando se están viendo?
Ayer han celebrado seis meses. Lo supe por mi hijo. Sabes que cosa ha hecho el, eh, sabes que cosa ha hecho?
Raffaella deja caer un pistacho muy cerrado. Ahora esta sinceramente interesada.
No, dime.
La ha llevado a la pizzería. Pero te das cuenta? En una pizzería en la calle Vittorio
Bueno, pero estos muchachos no trabajan, quizás los padres
Si, pero quien sabe de quien nace le ha llevado doce rosas feas, pequeñas, de esas que apenas llegas a la casa y se caen los pétalos. Seguramente la habrá comprado en el semáforo. Esta mañana en la cocina le he preguntado: Gloria, que es este horror?. Mama, no te atrevas a botarlas! Imaginate! Pero cuando regreso de la escuela no eran mas. Yo le dije que había sido Ziua, la señora de servicio filipina, entonces se ha puesto a gritar y se marcho lanzando la puerta.
Acerca de estas historias no debes absolutamente obstaculizarla, sino es peor, que después Gloria se obstina. Déjala ser, veras que terminara por su cuenta. Y ha regresado?
No, ha llamado diciendo que iba a dormir donde la Piristi, aquella linda muchacha rubia, un poco rellenita, la hija de Giovanna. El es el administrador de la Serfim, ella se ha arreglado toda. Justamente, se lo puede permitir.
En serio? Pero si no se nota
Usan esta nueva técnica, te estiran desde atrás de las orejas. Es perfectamente invisible. Entonces, puede salir con Babi? Me daría tanto gusto.
Pero claro, estas bromeando?, le diré que la llame.
Finalmente Raffaella se concede un pistacho. Esta mas abierto que los otros. Deja su cáscara por la boca de ella, y para el no es un intercambio conveniente.
Filippo? Raffaella ha dicho que convencerá a Babi de llevar a Gloria con su grupo.
Ah, Buenísimo, te lo agradezco.
Filippo, un hombre joven, con la cara reposada, parece estar mas interesado también a los pistachos que a las vivencias de su hija. Se dobla hacia delante, apoderándose de aquel que Raffaella había ya elegido como su futura victima. Ella lo guarda sospechosa detrás de las orejas, buscando también en el alguna señal de aquella inesperada juventud.
Hola Claudio.
Estas Bellísima.
Una sonrisa perfecta dice Gracias, y mirándolo se aleja con un vestido que costaría al menos ciento cincuenta euros. Lo habrá hecho a propósito? En su pensamiento lentamente ese vestido largo se desaparece e imagina que ropa intima llevara debajo, pero después le viene una duda: habrá alguna cosa que dejar a la imaginación? Justo en ese momento llega Raffaella. Claudio da una ultima probada al cigarrillo y la apaga veloz en el cenicero.
Dentro de un poco comenzamos a jugar. Te aconsejo, no hagas como siempre. Cuando no llega la carta, después de un poco que no logres Gin, retirate.
Y si tiene mas bajo que yo?
Retirate cuando tengas bajas.
Claudio sonríe compuesto. Si querida, como quieras. El cigarrillo paso invisible.
Por cierto, te había dicho que no fumaras.
Equivocado.
Pero una sola, no me hace mal
Una o diez es el olor lo que me fastidia.
Raffaella se va hacia la mesa verde. También el resto toman asiento. No hay nada que hacer, no se le escapa nada. Sentándose Raffaella mira bastante a la mujer del vestido de cincuenta y cinco euros. Por un momento Claudio tiene miedo que lea también el pensamiento.
Roberta, eufórica por sus dieciocho años, por la fiesta que sale a la perfección, corre al intercomunicador.
Respondo yo. Pasando a un tipo que estaba por allí con un plato lleno de pizzas pequeñas.
Hola. Esta Francesca verdad?
Francesca quien?
Giacomini, una rubia.
Ah si, que le debo decir?
Nada, si me abres. Soy su hermano, le debo dejar las llaves.
Roberta oprime una vez el botón del intercomunicador, después para estar segura de haberlo abierto, lo presiona de nuevo. Va a la cocina, toma dos grandes Coca-Colas del refrigerador y se dirige hacia la sala. Encuentra una chica rubia que esta hablando con un chico con los cabellos llenos de gelatina y echados hacia atrás.
Francesca, esta subiendo tu hermano
Ah es la única cosa que Francesca logra decir. Gracias.
Y después de haberlo dicho se mantiene con la boca abierta. El muchacho a su lado pierde un poco su estaticidad y se concede un ligero estupor.
France, pasa algo malo?
No, no pasa nada malo, aparte del hecho que yo soy hija única.
Eso, aquí es. El Siciliano y Hook leen de primeros la tarjeta en el timbre del cuarto piso. Son los Micchi, no?
Schello suena el timbre.
La puerta se abre casi de inmediato.
Roberta se mantiene en la puerta, mira el grupo de chicos musculosos y despeinados. Están vestidos un poco casual, piensa tan amablemente.
Puedo hacer alguna cosa?
Schello se le para enfrente: Buscamos a Francesca, soy su hermano.
Como por magia, Francesca aparece en la puerta, acompañada por el chico con quien hablaba.
Ah, aquí esta, tu hermano.
Roberta se aleja. Francesca mira preocupada el grupo.
Y quien seria mi hermano?
Yo! Lucone alza la mano.
Pollo también la alza Yo también, somos gemelos, como en el film de Schwarzenegger. El es el gafo. Todos se ríen.
Nosotros también somos hermanos Uno después del otro alzan la mano. Si, nos queremos mucho.
El acompañante de Francesca no esta entendiendo todo. Opta por una expresión que combina muy bien con su cabello.
Francesca se dirige hacia Schello firme.
Pero como te ha venido a la mente de venir con toda esta gente, eh?
Pollo sonríe, arreglándose la chaqueta: el resultado es siempre pésimo.
Esta fiesta me parece un velorio, al menos la avivamos un poco, anda Francesca no te molestes.
Y quien se esta molestando? Basta con que se vayan.
Ah Sche, ya me canse de esperar, Permiso? El Siciliano, sin esperar que Francesca se quite de la puerta, entra.
El acompañante pegostoso de repente entiende todo: coleados. Y con un resplandor de inteligencia se aleja alcanzando a los verdaderos invitados en la sala. Francesca trata de pararlos.
No Schello, anda, no puedes entrar
Disculpa, permiso, disculpa
Imposible, uno detrás del otro todos pasan: Hook, Lucone, Pollo, Bunny, Step y los otros.
Anda France, no seas así, veras que no pasara nada.
Schello la toma bajo su brazo.
Y si pasa algo, como va a ser culpa? Es de tu hermano por haberse traído toda esta gente Después, como si se preocupara que alguno entrara sin invitación, cierra la puerta.
El Siciliano y Hook se lanzan literalmente en el buffet, devorando panes con salami, suaves, con la mantequilla regada en la parte superior, esa redonda, pero no la prueban, lo tragan directamente sin masticarla. Se ha vuelta casi una competencia. Y mas pizzas, sándwiches mezclados de pastas dulces y pequeños chocolates.
Al final el Siciliano se ahoga. Hook le da golpes cada vez mas fuertes en la espalda, la ultima tan fuerte que el Siciliano comienza a toser, escupiendo pedazos de comida en lo que quedaba del Buffet. La mayor parte de los invitados que estaban cerca se meten inmediatamente a dieta. Schello comienza a reír como loco, Francesca a preocuparse seriamente.
Bunny gira por el salón. Parece un cuidadoso coleccionista: agarra los objetos pequeños, se los lleva cercano a los ojos, revisa los números estampados y si son de plata se los mete en el bolsillo.
Rápidamente lo fumadores son obligados a botar las cenizas en las plantas.
Pollo, como buen profesional, busca rápido el cuarto de la madre. Lo encuentra. Ha sido sabiamente cerrado con llave. Pero la llave la han dejado puesta en la cerradura. Ingenuos. Pollo abre la puerta. Las carteras de las muchachas están todas en la cama, ordenadamente. Comienza a abrirlas, una después de la otra, sin mucho esfuerzo.