Федерико Моччиа - Tres Metros Sobre El Cielo стр 35.

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La Giacci se detiene.

Disculpe? El muchacho finge no escuchar. La Giacci alza la voz. Disculpe?

Step finalmente baja la cabeza.

Si?

No sabe leer? Le pregunta indicándole el cartel, bien visible en el muro, que prohíbe fumar.

Donde?

La Giacci decide dejarlo así.

Aquí no se puede fumar.

Ah, no me había dado cuenta. Step deja caer el cigarrillo al suelo y lo apaga con un golpe seco del talón. La Giacci se molesta.

Que hace usted acá?

Estoy esperando a la profesora Giacci.

Soy yo. A que debo su visita?

Ah, es usted, profesora. Discúlpeme por el cigarrillo.

Step se sienta mejor en el sofá. Por un momento pareciera que de verdad se arrepintiera.

Dejelo así, entonces, que desea?

Eso, le quería hablar de Babi Gervasi. Usted no debe tratarla así. Vea profesora, esa chica es muy sensible. Y sus padres son verdaderamente estrictos, entiende. Así que cuando usted se lo toma todo a pecho, a ella la castigas y quien queda en medio soy yo que no puedo salir con ella, y eso no me parece de verdad profesora, usted entiende, no?

La Giacci esta fuera de si misma. Como se permite ese inútil hablarle así.

No, no entiendo absolutamente y sobretodo no entiendo que viene usted a hacer acá. Es un pariente quizás? Es el hermano?

No, digamos que solo un amigo.

Repentinamente la profesora recuerda haberlo ya visto. Si, desde la ventana. Es el muchacho con el cual Babi se fue alejando de la escuela. Hablaron mucho de el, ella y la madre, pobre señora. Ese es un tipo peligroso.

Usted no esta autorizado a estar acá. O se larga o hago que llamen a la policía.

Step se alza y le pasa por el lado sonriendo.

Yo solo vine para hablar. Quería conseguir con usted una solución, pero veo que es imposible. La Giacci lo mira con aire superior. No le da miedo, ese tipo. Con todos esos músculos sigue siendo un muchacho, una mente pequeña, insignificante. Step se le acerca como si quisiera decirle un secreto.

Veamos si comprende esta palabra profesora. Escuche bien: Pepito. La Giacci palidece. No quiere creer sus orejas. Veo que entendió el concepto. Por eso, si se comporta bien profesora, vera que no habrán problemas. La vida es solo cuestión de conseguir las palabras adecuadas, no? Recuerduelo: Pepito.

La deja así, en medio de la sala, pálida, aun más vieja de lo que es, con una única esperanza: que nada sea verdad. La Giacci va a donde la jefa, pide permiso, corre a casa y cuando llega tiene miedo de entrar. Abre la puerta. Ningún ruido. Nada. Va por todos los cuartos gritando, llamándolo por su nombre, después se deja caer en una silla. Aun mas cansada y mas sola que cualquier día. El portero aparece en la puerta.

Profesora como esta? Se ve muy pálida. Escuche, hoy vinieron dos muchachos en nombre suyo a llevarse a Pepito. Yo les abrí. Hice bien, verdad? La Giacci lo mira. Es como si no lo viera. Después, sin odio, resignada, llena de tristeza y melancolía, asiente. El portero se aleja, la Giacci fatigosamente se alza de la silla y va a cerrar la puerta. Le esperan días de soledad en esa grande casa sin el alegre ladrar de Pepito. Si se puede equivocar acerca de algunas personas. Babi siempre le pareció una muchacha orgullosa e inteligente, quizás un poco creída, pero no tan mala como para hacer una acción del género. Va a la cocina para prepararse de comer. Abre el refrigerador. Cerca de su ensalada esta la comida ya lista para Pepito. Comienza a llorar. Ahora esta verdaderamente sola. Ahora definitivamente perdió.

Esa tarde Paolo termina de trabajar temprano. Todo feliz entra en la casa. De repente escucha ladridos. En la sala un perrito de pelo blanco gira por su tapete turco. Frente a el esta Pollo con una cuchara de madera en la mano.

Listo? Ve! Pollo lanza la cuchara sobre el sofá enfrente. El perro ni se gira, para nada interesado a donde fue a parar ese pedazo de madera. Después, comienza a ladrar.

Coño, pero porque no va? Este perro no funciona! Agarramos uno deficiente! Solo sabe ladrar.

Sobre un sofá, Step deja de leer el periódico.

Nunca seria un perro entrenado. No esta predispuesto, no crees? Que se cree que es?

Step se da cuenta del hermano. Paolo esta de pies en la puerta con el sombrero aun en la cabeza.

Hola Pa, como estas? No te escuche entrar. Como es que regresas rápido hoy?

Termine antes. Que hace este perro en mi casa?

Es nuevo. Lo tenemos a la mitad Pollo y yo. Te gusta?

Para nada. No lo quiero ver aquí. Mira. Se acerca al sofá. Ya esta todo lleno de pelos blancos, acá.

Anda Pa, no seas así. Estará la mitad de mi casa.

Que?!

El perro da vueltas y comienza a ladrar.

Ves, a el le parece bien!

Ya me despiertas tu, cuando llegas, imaginate con este perro que ladra todo el tiempo. Nada que ver.

Furioso, Paolo se va de ahí.

Coño, se molesto. A Pollo le viene una idea, grita para hacerse escuchar en el otro cuarto.

Paolo, por los doscientos euros que te debo me lo llevo yo.

Step se echa a reír y regresa a leer. Paolo aparece en la puerta.

Es un negocio. Igual ese dinero no lo volvería a ver de igual forma, al menos me quito de encima este perro. Por cierto, Step, se puede saber donde terminaron mis biscochos de mantequilla? Los compre el otro día para desayunar y ya desaparecieron.

No se, se los habrá comido Maria. Yo no los agarre, sabes que no me gustan.

No se como es, pero cualquier cosa que pasa siempre es culpa de Maria. Entonces que no venga más esta Maria, no? Solo hace daños

Bromeas? Maria es un mito. Hace unas tortas de manzana increíbles. Ella del otro día, por ejemplo interviene Pollo.

Entonces se la comieron ustedes, estaba seguro!

Step mira el reloj.

Diablos es tardísimo. Debo salir. Pollo también se alza.

Yo también me voy. Paolo se queda solo en la sala.

Y el perro?

Antes de salir, Pollo da tiempo de responder.

Paso después.

Mira que o te lo llevas o me regresas mis doscientos euros!

Paolo mira al perro. Esta ahí, en medio de la sala mirando. Extraño que no hubiera hecho pipi sobre la alfombra todavía. Después abre su maletín de piel y saca afuera un nuevo paquete de biscochos ingleses de mantequilla. Donde puede meterlos? Elige el pequeño armario abajo, ese de las bolsas y cartas. En esta casa nunca nadie escribe. Difícilmente los conseguirán. Los esconde detrás de un paquete aun cerrado de bolsas. Cuando se levanta mira que el perro lo esta viendo. Se mantienen así por un momento. Quizás estos me lo dejaron a propósito. Existen perros de droga. Quizás este puede ser perro de biscochos. Y por un momento Paolo, estupidamente, no esta tan seguro de su escondite.

Babi esta detrás de Step. Su mejilla apoyada de su chaqueta, el viento se lleva la punta de sus cabellos.

Bueno, como te fue en la escuela hoy?

Buenisimo. Tuvimos dos horas vacías. Falto la Giacci. Tuvo problemas familiares. Imaginate, con una como ella tenemos problemas nosotros, piensa como tendrá la familia

Veras que de ahora en adelante todo saldrá mejor con ella. Tengo como un presentimiento.

Babi no entiende bien el significado de esas palabras y deja el tema hasta ahí.

Estas seguro que no me dolerá?

Segurisimo! Los tienen todos. Viste que grande es el mío. Si no, estaría muerto no? Tú te harás uno pequeñísimo. Ni te darás cuenta.

No dije que lo haría. Dije que vengo a ver.

Esta bien, como quieras, si no quieres no lo hagas, de acuerdo?

Aquí, ya llegamos. Caminan a lo largo de una calle. Por el suelo hay pedazos de arena, llevada por el viento, robándola de la playa vecina. Están en Fregene, en la villa de los pescadores. Babi por un momento se pregunta si esta loca. Dios mío, estoy por ser tatuada, piensa, debo hacerlo en un lugar escondido, pero no mucho. Imagina a su madre descubriéndola. Se pondría a gritar. Su madre siempre grita.

Estas pensando donde hacerlo?

Estoy pensando si me lo hago.

Anda, te gusto tanto el mío cuando lo viste. Y también Pallina lo tiene, no?

Si, lo se, pero que importa? Ella se lo hizo ella misma en su casa con todo la tinta china.

Bueno, este es mucho mejor. Con la maquina viene hasta de colores es genial.

Pero estas seguro que la esterilizan?

Claro, que te viene a la mente?

No me drogo, nunca he hecho el amor. Seria de verdad el colmo de la mala suerte agarrar Sida por un tatuaje.

Aquí, este es el lugar.

Se paran frente a una especie de cabaña. El viento mueve las hojas alargadas que cubren el techo con ramas tropicales. En la ventana se ven vidrios de colores. La puerta es de madera marrón oscura. Parece casi de chocolate.

John, se puede?

Claro, Step, entra.

Babi lo sigue. La golpea un fuerte olor de alcohol. Al menos esta ahí, solo basta ver si lo usan también. John esta sentado sobre una especie de banco y esta tocando el hombro de una chica rubia sentada frente a el en una banca. Se escucha el sonido de un motor. A Babi le recuerda el sonido del taladro del dentista. Espera que no haga tanto daño. La chica mira hacia delante. Si siente dolor, no lo hace ver. Un chico, apoyado en el muro, deja de leer el periódico Corriere dello Sport.

Te duele?

No.

Como no te va a hacer mal.

Te dije que no.

El muchacho regresa a leer el periódico. Parece casi molesto que no le doliera.

Listo. John aleja la maquina y se acerca al hombro para ver mejor su trabajo. Perfecta! La chica suspira. Estira el cuello para ver ella si ella esta también de acuerdo con el entusiasmo de John. Babi y Step se acercan curiosos. El chico deja de leer y se empuja hacia delante. Todos se miran en silencio. La chica mira alrededor buscando un poco de aprobación.

Es bella, no? Una mariposa de miles colores brilla vividamente sobre su hombro. La piel esta un poco hinchada. El color aun fresco. Mezclado con el rojo de su sangre, parece particularmente iluminado.

Bellísima le responde sonriendo aquel que debe ser su novio.

Mucho. También Babi decide darle un poco de satisfacción.

Dale toma, ponte esta. John le pone una gasa adhesiva en el hombro. Debes limpiarla cada mañana por algunos días. Veras que no te saldrá ninguna infección!

La chica aprieta los dientes e inhala fuerte aire por la boca.

Una cosa es segura. Al menos después, John usa el alcohol. El tipo saca afuera cincuenta euros y paga. Después sonríe y abraza a su chica apenas tatuada.

Ay. Me duele!!

Oh, lo siento tesoro. La agarra delicadamente mas bajo y sale con ella de esa pseudo cabaña.

Entonces Step, déjame ver como va tu tattoo

Step sube la manga derecha de la chaqueta. Sobre su musculoso brazo aparece un águila con una lengua roja flameante. Step mueve la mano como un pianista. Sus tendones se mueven bajo la piel dándole vida a esas grandes alas.

Es muy bella. John mira complacido su trabajo. Se ha ido opacando, quizás hay que retocarla

Un día de estos quizás. Hoy estamos aquí por ella.

Ah, por esta bella señorita, que cosa quiere hacerse?

Primero que todo no quiero hacerme daño entonces esteriliza después de cada uso la maquina, no?

John la tranquiliza. Quita las agujas y las limpia con alcohol frente a ella.

Ya decidiste donde hacértelo?

Quisiera un lugar donde no se nota. Mis padres son dolorosos.

Piensa en esa frase. De igual forma esto también es doloroso.

Bueno John le sonríe. He hecho algunos por la espalda, otros en la cabeza. Una vez llego una americana que insistió en hacérselo, si, de hecho, entendiendo donde no? Primero la tuve que rasurar!

John comienza a reír frente a ella mostrando sus terribles dientes amarillos. Babi lo mira preocupada. Dios mío, es un maniaco. John. La voz, un poco dura, de Step llega por sus hombros. John cambia rápido de expresión. Si, disculpa Step. Entonces no se, lo podremos hacer por el cuello, debajo de los cabellos, quizás en la clavícula, o por la cintura.

Eso, por la cintura va muy bien.

Toma, elige entre estos. John saca afuera de debajo de una mesa, un grueso libro. Babi comienza a hojearlo. Hay espadas, cruces, diseños terribles. John se alza y se prende un Marlboro. Intuyo que será algo largo. Step se le sienta al lado. Este? le indica una svástica nazi dentro de una bandera de fondo blanco.

Pero que!!

Bueno, no esta mal

Este? le indica una gruesa serpiente de colores morados y la boca abierta en señal de ataque. Babi siquiera le responde. Continua a hojear el gran libro. Mira las figuras velozmente, insatisfecha, como si ya supiera que ahí no encontraría nada bueno. A la final Babi gira la última pagina, esa de plástico duro y cierra el libro. Después mira a John.

No, no me gusta nada.

John prueba una vez mas su cigarrillo y bota afuera el humo soplando. Justo como lo predijo.

Bueno, entonces hay que pensar en algo. Una rosa?

Babi niega con la cabeza.

Una flor en general, no?

No lo se

Bueno, hija mía, dame una mano sino podremos estar aquí toda la noche. Mira que a las siete tengo otra cita.

No se. Quiero algo extraño.

John se pone a caminar por la habitación. Después se para. Una vez hice sobre la espalda de alguien, una botella de Coca-Cola. Se veía genial. Te gustaría?

Pero a mi la Coca-Cola no me gusta.

Bueno Babi, entonces dile algo que si te guste.

Yo solo como yogurt. Nunca me dejaría tatuar un yogurt!

Al final consiguen una solución. La propone Step. John esta de acuerdo y a Babi le gusta muchísimo.

Step la distrae contándole la verdadera historia de John, el chino de ojos verdes. Todos lo llaman así y el se comienza a creer oriental. Observa todas las cosas chinas que tiene. En realidad nació en las afueras de ropa. Esta con una tipa con quien tuvo un hijo y lo llamo Bruce, en honor a su ídolo. En realidad se llama Mario y ha aprendido a hacer sus primeros tatuajes con maquina. Esos ojos son ahora, solo dos grados de miopía corregidos por unos lentes baratos. Mario, o mejor dicho John, se echa a reír. Step le paga cincuenta euros. Babi revisa su tatuaje: perfecto. Poco después, en su moto, se deja el primer botón de los jeans abiertos, baja el borde y lo mira de nuevo, feliz. Step se da cuenta. Te gusta?

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